Gastronomía a la calle: con las "Islas Callejeras" buscan transformar a Rosario en un lugar más seguro

La modalidad se originó como una respuesta a la pandemia pero sigue siendo muy popular entre los consumidores y los gastronómicos pelean por su instalación permanente

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Las "Islas Callejeras" llegaron para quedarse en la ciudad de Rosario. Esta iniciativa, que surgió como respuesta a la pandemia, demostró ser una apuesta exitosa para los establecimientos gastronómicos locales. Es por esto que la Asociación Civil Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario (AEHGAR) lanzó la campaña "Rosario Zona de Todos", cuyo objetivo es resaltar los beneficios de compartir espacios públicos con la comunidad.

Según los gastronómicos, el sector es un pilar fundamental en el desarrollo turístico y económico de la ciudad, y la instalación de "Islas Callejeras" o "boxes" es una apuesta para fortalecerla, permitiendo a los establecimientos aumentar su capacidad para recibir a los clientes al aire libre.

A pesar de que esta modalidad se originó como una respuesta a la pandemia, sigue siendo muy popular entre los consumidores, lo que llevó al sector gastronómico a respaldar su instalación permanente.

El presidente de la asociación Alejandro Pastore, dialogó con Ecos365 y explicó que la campaña lo que busca es “incentivar a los colegas del rubro en que avancen con las instalaciones”. En tanto, detalló cómo es el proceso para que los bares interesados puedan darle curso a la iniciativa.

“Los establecimientos deben elaborar un proyecto en colaboración con un arquitecto y presentarlo al municipio, como cualquier otro trámite de habilitación. La aprobación se basa en la factibilidad del proyecto”, amplió Pastore y destacó que es en los barrios donde más se necesitas la ocupación del espacio público.

Por su parte, Reinaldo Bacigalupo, empresario del rubro y referente de Pichincha, también expresó su apoyo a la instalación de Islas Callejeras en diversos espacios de la ciudad. Destacó que esta tendencia va en línea con muchas ciudades del mundo que han optado por reducir el espacio dedicado a estacionamientos en favor de áreas de gastronomía al aire libre.

Además, Bacigalupo enfatizó que estas islas contribuyen a la seguridad urbana al aumentar la presencia de ciudadanos en las calles, lo que disuade el delito. 

“Hablamos de Islas Callejeras seguras, que no pueda cada uno poner lo que quiere, sino que tengan alguna línea urbana consensuada con la municipalidad. Estaría buenísimo hasta que sea una distinta por cada barrio, para que cada uno tenga personalidad”, detalló Bacigalupo y aclaró que para consolidarse como un elemento permanente en la vida de la ciudad hace falta que el municipio defina reglamentarlas de manera definitiva.

El planteo refiere a que hay una normativa aprobada en el Concejo que nunca fue reglamentada. Hoy las islas funcionan por un Decreto del intendente Pablo Javkin basado en tiempos de pandemia, cuando regía el distanciamiento social obligatorio. La pandemia terminó y nunca se discutió un nuevo marco regulatorio.

En este contexto, la concejala de Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, hizo mención a la normativa aprobada por el Concejo en 2017 y señaló que entre los puntos que deberían debatirse y plasmarse en una regulación, son las condiciones materiales que debieran asumir estas "Islas Callejeras", si en su interior se podrá o no instalar equipos de sonido, dónde y bajo qué circunstancias podrían instalarse. Todo en un marco que garantice la convivencia de los locales comerciales, su actividad y la vida cotidiana de los vecinos. 

Otro aspecto es si por el uso comercial de ese espacio público debería pagarse un canon o tributo. 

Para promover esta iniciativa y darle visibilidad, AEHGAR produjo una serie de videos que se compartirán a través de sus redes sociales y medios de comunicación. Estos videos destacan los beneficios que aporta la instalación de las Islas Callejeras a los residentes y visitantes de Rosario, que incluyen:

Convivencia: La ubicación de las mesas y sillas en boxes genera que haya más espacio para disfrutar de la gastronomía, que los peatones tengan más espacio en las veredas, y que los vehículos circulen a menor velocidad por la calle, separados de los consumidores por barreras físicas. ¡Hay lugar para todos, podemos compartir la ciudad!

Economía: Ampliar la capacidad de los bares y restaurantes permite atender a más gente, por lo tanto aumentar la facturación y el componente tributario al Estado que la misma conlleva.Además, beneficia a los proveedores que actualmente trabajan en el armado e instalación de las mismas.

Empleo: Según datos del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, en el último año el sector de los servicios de turismo fue el que encabezó el crecimiento del empleo registrado en la provincia. Dentro de ese dato, la gastronomía ocupa un lugar muy importante, por lo que, ampliar la cantidad de mesas a atender, redundará en la creación de nuevos puestos de trabajo para cubrir la demanda de los clientes.

Seguridad: La presencia de los bares en el espacio público genera mejor iluminación en los barrios, y mayor circulación de gente durante más horas del día. La presencia y ocupación de los espacios públicos los vuelven más seguros.

Sustentabilidad: Colocar una Isla Callejera implica quitar uno o dos autos estacionados, desalienta su uso, y lo reemplaza por familias, grupos de amigos y turistas disfrutando. Muchas de ellas contienen bicicleteros para quienes deseen reemplazar el vehículo por la bici. Dado que logran un menor impacto ambiental, y un beneficio social y económico las Islas Callejeras son una idea sustentable.

Turismo: Las Islas callejeras han tenido éxito en otras ciudades de Argentina y el mundo. No solo amplían la posibilidad de recibir más turistas que disfruten de una comida al aire libre, sino que fortalecen al sector gastronómico, clave en este rubro, y dan vida y actividad a los espacios de la ciudad, generando en ellos corredores gastronómicos y volviéndolos más atractivos para los visitantes.

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