Estaciones de Servicio denuncian a Visa ante Defensa de la Competencia

Los estacioneros de Santa Fe agrupados en Faeni demandaron a Prisma, la empresa del principal emisor de tarjeta por abuso de posición dominante

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Los estacioneros de Santa Fe agrupados en la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni) demandaron a Prisma, la empresa dueña de las tarjetas Visa, por abuso de posición dominante ante Defensa de la Competencia. Aseguran que la compañía tarda en acreditar las operaciones con tarjetas de crédito 6 veces más que en la mayoría de los países de América Latina.

Según el portal especializado Surtidores, las acciones conjuntas desarrolladas por Faeni contra Prisma incluyen una denuncia presentada en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, junto con una demanda en el ámbito de la Justicia Nacional Comercial y un proyecto de ley.

El motivo de las presentaciones es poner fin al abuso de posición dominante que ejerce la empresa propietaria de la marca Visa, debido a los extendidos plazos de acreditación por las ventas con tarjeta de crédito y los altos aranceles que cobra Visa a las estaciones de servicio.

Prisma es la empresa más importante en el mercado de las tarjetas de débito y crédito en Argentina ya que pasan por sus manos casi el 70 por ciento de las operaciones con esa herramienta de pago.

Desde la entidad advierten que la situación se ha vuelto “dramática” para las estaciones de servicio que, en su mayoría, son pymes.

“Del precio de venta de los combustibles, el 54 por ciento se lo lleva el costo del fluido; los impuestos (sobre los combustibles, IVA, débitos y créditos bancarios, ingresos brutos y tasas provinciales) suman otro 36 por ciento. De lo que queda todavía hay que pagar los sueldos, cargas sociales, gastos de mantenimiento y de seguridad”, explican empresarios del sector.

“En este escenario el 1,25 por ciento que nos cobra Visa, Mastercard y otras, el 1,3 por ciento resulta demoledor”, manifiestan desde Faeni.

Tales comisiones no sólo son muy superiores a las que recaudan las empresas de tarjetas a las estaciones de servicio de los países del primer mundo (en especial Australia, Canadá, Estados Unidos y los integrantes de la Comunidad Europea) sino que también lo son respecto a las que se perciben en casi todos los países de América Latina. Sin embargo, el problema más grave es financiero.

Las empresas de tarjetas y los bancos a ellas asociados, por las operaciones de crédito, se toman hasta 28 días para depositarles a los estacioneros el importe de la carga (nominalmente son 18 días hábiles). En cambio las expendedoras deben pagar el combustible prácticamente al contado.

Ese plazo que tarda Visa en acreditar las operaciones con tarjetas de crédito es 5 a 6 veces superior al que rige en la mayoría de los países de América Latina y de otras latitudes. Según estudios realizados recientemente las ventas de combustibles y productos asociados con tarjetas, según los casos, oscilan entre el 50 y el 70 por ciento del total.

En este contexto, los directivos de Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) se reunieron en varias ocasiones con las autoridades nacionales pero, dada la intransigencia de las empresas dueñas de las tarjetas, no consiguieron soluciones.

Por eso las entidades que nuclean a las estaciones de servicio desplegaron un plan, que comienza con la referida denuncia contra Visa ante la Comisión Nacional de la Competencia y que seguirá con otros procedimientos similares respecto de las demás tarjetas, así como diversas acciones judiciales.

Asimismo están impulsando un proyecto de ley para que el Congreso, como ocurrió en otros países, tome cartas en el asunto y resuelva, cuanto antes, el problema que atraviesa el sector.

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