Guerra comercial entre EE. UU. y China: el mayor conflicto comercial de la historia?

Las tarifas arancelarias entre Estados Unidos y China han afectado más que las relaciones entre las dos economías más grandes mundo. Descubra la evolución de esta guerra comercial y sus efectos en los mercados globales.

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¿Qué es una guerra comercial?

Sanciones, vetos, imposición de tarifas arancelarias y represalias son fórmula para una guerra comercial, justo como la que se desarrolla desde 2018 entre EE. UU. y China. Los tratados comerciales sirven para establecer las condiciones de importación y exportación entre naciones. Pero ¿qué sucede cuando lejos de llegar a un acuerdo las oposiciones se intensifican?

La guerra arancelaria iniciada por Donald Trump se basa en la decisión de incrementar los aranceles sobre las importaciones de China. El resultado esperado es que, al incrementar el costo de los productos chinos, la demanda por parte de consumidores y empresas disminuya.

Esto supondría el incremento de la demanda por productos nacionales, y en última instancia ayudar a restablecer las condiciones competitivas de Estados Unidos.

¿Cuál fue el origen de la guerra comercial entre China y Estados Unidos?

El conflicto comercial se remonta a la campaña presidencial de 2016 de Donald Trump, durante la que prometió que su Administración pondría a "America first". Trump proponía un plan para poner fin a lo que definió como prácticas de comercio injustas por parte de China.

Una vez que su administración dio inicio, Trump reiteró sus objetivos:

  • Imponer medidas en contra de productos chinos tasados por debajo de los precios corrientes del mercado, lo que se conoce como dumping.
  • Combatir los subsidios otorgados que conceden ventajas competitivas a China por encima de las productoras estadounidenses (llamados también subsidios prohibidos).
  • Equilibrar el déficit comercial exterior de EE. UU. (saldo negativo de las importaciones vs exportaciones).
  • Atajar el robo de propiedad intelectual por parte de firmas chinas, y proteger de una supuesta amenaza a la seguridad nacional.

Durante su primera reunión en abril de 2017, Trump y Xi Jinping, presidente de China, acordaron un plan de 100 días para negociaciones comerciales. El plan falló, y a partir de enero de 2018 Trump impuso una serie de tarifas sobre importaciones que afectarían directamente a China, pero también a otros países.

En lugar de conseguir un incremento en el consumo de productos nacionales como el acero, algunas empresas redujeron puestos de empleo. Una consecuencia del aumento en los costos de producción para diversas industrias.

Las acciones del presidente estadounidense provocaron una sucesión de aranceles por parte de otros países afectados, como Canadá y México. En lugar de conseguir un incremento en el consumo de productos nacionales como el acero, algunas empresas redujeron puestos de empleo. Una consecuencia del aumento en los costos de producción para diversas industrias.

Donald Trump contra Xi Jinping

La disputa entre Estados Unidos y China se ha ido fraguando e intensificando durante años, y esta guerra comercial la ha avivado.

Trump ha señalado la seguridad nacional como razón principal para esta pugna económica. Afirmando que ciertas firmas chinas han robado propiedad intelectual a varias firmas estadounidenses y que, bajo la legislación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se justifica la imposición de las tarifas.

Además de combatir el robo de propiedad intelectual, Trump espera incrementar el grado de penetración de productos estadounidenses en los mercados extranjeros. Buscando además impulsar en el país el consumo de productos de fabricación nacional como el acero.

Las tarifas del país americano ascendieron a 250.000 millones de dólares en 2018. En respuesta, el gobierno de Xi Jinping gravó productos estadounidenses con un valor de más de 100.000 millones de dólares. Las hostilidades cesaron temporalmente a principios de diciembre de 2018, cuando ambas partes acordaron una tregua de 90 días.

La evolución de las negociaciones entre EE. UU. y China

Las tensiones entre Estados Unidos y China continuaron durante 2019. A estas se añadieron factores como las protestas en Hong Kong (ante la percibida interferencia del gobierno de China en su democracia) y el veto a la teleco Huawei por el gobierno estadounidense.

En cuanto a la inversión china en EE. UU. los números fueron a la baja a partir de la guerra comercial. Se cuentan, por ejemplo, Alibaba, Tencent y Baidu (ADR), cuya inversión en start-ups estadounidenses cayó un 84% en 20181, y más aún, a ceros para Alibaba en 20192. Pero los efectos y fin de la guerra comercial están por verse.

Por ejemplo, el brote del coronavirus en China podría provocar nuevas presiones por parte de la administración estadounidense. Las cadenas de distribución que tienen como origen al país asiático presentan un problema potencial, especialmente el riesgo de desabastecimiento de materiales hospitalarios y medicinas. Las industrias farmacéutica y médica en Estados Unidos tienen una fuerte dependencia de China y otros países, razón por la que algunos asesores promueven una mayor producción nacional y nuevas restricciones a las importaciones durante el 2020.

La administración de Trump continúa centrada en impulsar la demanda de productos fabricados en el país. Mientras tanto, las negociaciones entre EE. UU. y China concluyeron la primera fase del acuerdo comercial en enero de 2020.

La ‘Fase 1’ de las negociaciones incluye la reducción de tarifas a productos estadounidenses como el crudo, la soja y las carnes de puerco y res. Estados Unidos por parte suspendió el gravamen planeado sobre 160.000 millones de dólares en importaciones de China, y redujo tarifas sobre diversos productos de consumo del 15% al 7,5%.

Consecuencias de la guerra comercial: oportunidades de inversión

Más allá de los motivos detrás de la disputa, nos preguntamos qué ha significado la guerra comercial para el mercado global.

Las restricciones no solo han tenido un impacto en empresas con vínculos directos con los países involucrados, sino que los productores y los consumidores también se han visto afectados.

Los mercados financieros de todo el mundo han experimentado un incremento de la volatilidad. Las restricciones no solo han tenido un impacto en empresas con vínculos directos con los países involucrados, sino que los productores y los consumidores también se han visto afectados.

Estos son los mercados de los que estar pendiente durante esta guerra comercial:

Índices

Los aranceles provocaron que el Dow Jones, el S&P 500 y el NASDAQ 100 hayan experimentado un aumento en la volatilidad, debido a la devaluación de algunos de sus componentes. Por ejemplo, el Dow cayó 800 puntos (3,1%) el 4 de diciembre de 2018, lo que fue su peor jornada desde el 10 de octubre. Este desplome fue la respuesta del mercado a la incertidumbre que rodeó el encuentro unos días antes entre los presidentes Trump y Xi en Buenos Aires.

La lucha comercial podría notarse no solo en índices nacionales, sino también en mercados globales como el DAX y el FTSE 100.

Acciones

Los costos asociados a una guerra comercial siempre han afectado negativamente a las acciones de EE. UU. en los sectores industrial, tecnológico y agrario, ya que aumenta el precio de las materias primas. A su vez, marcas estadounidenses, como Harley Davidson, han trasladado algunos centros de producción a Europa para ganar accesibilidad a este mercado. Una consecuencia de las tarifas aplicadas por la UE al país americano como represalia.

La volatilidad en las acciones de EE. UU., con bastante probabilidad, continuará siendo alta durante el desarrollo de esta guerra comercial, y responderá con especial intensidad a la introducción o eliminación de tarifas arancelarias.

Materias primas

Cualquier perturbación en la oferta y la demanda de las economías más potentes del mundo podría dar como resultado giros bruscos en los mercados de materias primas. Por ejemplo, el crudo de EE. UU. y la soja cayeron en 2018 debido a las tarifas impuestas por China.

Por el contrario, el oro y la plata experimentaron un aumento de sus precios, ya que los inversores los vieron como refugios seguros.

Divisas

Los pares de divisas como el EUR/USD y el GBP/USD fueron cuesta abajo en abril de 2018. Esto se debió tanto al Brexit como a los aranceles introducidos por Trump. Sin embargo, los inversores deben estar atentos a las divisas de todos los países involucrados (además del euro, el dólar estadounidense y la libra, el peso mexicano y el dólar canadiense) y a divisas consideradas refugio, como el yen japonés.

En agosto de 2019, y acompañado de sanciones a EE. UU., el yuan chino cayó por encima de los 7 yuanes por dólar americano, su nivel más bajo en cerca de 11 años.

Las futuras decisiones durante esta guerra podrían agitar los mercados a corto plazo, por lo que los inversores deberían observar esta escalada de enfrentamientos a más largo plazo y, así, adaptar sus estrategias.

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