Efecto Trampolín: Cómo la Innovación Emocional ayuda a crecer en época de crisis

Por Daniel Colombo, coach especializado en alta gerencia y profesionales; escritor y comunicador profesional

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¿Cómo hablar de lo que nos pasa con el trabajo? ¿Por qué no se mantienen conversaciones honestas y sinceras con superiores y pares? ¿De qué forma nos afecta en la motivación y productividad? 

Estas tres preguntas son parte de las más recurrentes en las consultas de empresas y equipos, cuando los colaboradores se sienten contenidos y sin libertad para expresar lo que sienten. ¿Acaso hay alguien que les tapa las emociones? Quizás sí, sobre todo en entornos ultra exigentes, demandantes en exceso más allá de lo tolerable, o de fuerte opresión donde se busca que la persona trabaje, y ya.

Sin embargo, las organizaciones que más se desarrollan y adaptan en los entornos cambiantes actuales, son las que se animan a aplicar otro tipo de innovación, además de lo habitual en tecnología y procesos: la Innovación Emocional, el trampolín que hace crecer a las empresas y equipos.

La propuesta de cambio de paradigma del enfoque de Innovación Emocional tiene por único objetivo que todos los integrantes de tu empresa, empezando por ti mismo, revalúen su lugar dentro del cerebro organizacional sin olvidar que para poder ser mejores necesitan escuchar más, aprender de los otros, trabajar cooperativamente y comunicarse mejor entre los equipos. En definitiva, animarse a sentir y expresar lo que se vivencia dentro del trabajo.

La dimensión emocional en la empresa es una nueva forma de ver lo que sucede dentro de ellas. El clima interno mejora cuando se ponen en equilibrio, a nivel de cultura empresarial, todo lo relacionado con el cuerpo, mente, cerebro, espíritu, creencias, paradigmas, resiliencia, entornos, evolución y propósito. Para lograrlo, van estas dos ideas:

1. Escalar, Evolucionar, Mejorar

Hay un viejo proverbio árabe que dice: “Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación”.

La clave de toda buena organización pasa, justamente, por saber mirar, por saber escuchar, por saber preguntar y por querer hacerlo. La Innovación Emocional es el escalón siguiente en lo que a relaciones de equipo se refiere, dentro de la empresa.

¿Por qué las empresas necesitan evolucionar? Simple: Por qué, si no lo hacen, mueren, son desplazadas por la competencia o implosionan por sus propios conflictos internos.

Si dentro de una organización no se mejora la comunicación, por ejemplo, entonces con el tiempo eso va a ir oxidando cada parte del organigrama. La comunicación es la articulación que permite mover ideas o enquistarlas. De ahí su peligro y potencial.

Uno de los pilares de la Innovación emocional tiene ver con evitar enquistamientos y la falta de toma de decisiones. Un ejemplo práctico: si sabemos que hay dos o tres personas que se llevan muy mal en la empresa, pero son técnicos excelentes y aunque sean un dolor de cabeza para todos los otros miembros de sus equipos, ¿Por qué no hablar claramente de su valor y sus malestares? ¿por qué ocultarlo?

En las empresas tradicionales lo que valía hasta hace veinte años era si producían. Solamente eso. En las empresas actuales ese paradigma ya no funciona y no es aceptable porque sabemos que producir a costa de la salud emocional de toda la organización es desgastante, limita el potencial personal, genera mayores conflictos y no resuelve los malestares. Lo que se busca hoy es que en las empresas se produzca más, pero al mismo tiempo las personas podamos sentir bienestar. Y esa es una dimensión mucho más compleja que implica otro posicionamiento que va más allá de lo puramente gerencial.

2. El Paradigma viejo versus el Paradigma de Innovar Emociones

Al mencionar la necesidad de cambiar paradigmas, es inevitable pensar en aquella frase de Donald Calne, un destacado neurólogo canadiense especializado en sus investigaciones sobre Parkinson, que dice: “La diferencia esencial entre emociones y razón es que la emoción lleva a la acción mientras que la razón lleva a conclusiones”.

En gran medida, sigo comprobando que los grandes paradigmas que imperan en el cerebro de las organizaciones son impulsados únicamente por lógicas de producción que fueron eficientes en el siglo pasado, o en la década pasada -para no ser tan dramático- aunque ahora todos sabemos que las decisiones no son exclusivamente racionales y que siempre les anteceden emociones. Eso ha cambiado profundamente el modo de concebir la vida humana, también en la empresa.

Para ilustrar esto: si tú decides algo debes saber que tu decisión fue emocional primero y luego racionalizada. Por eso es tan importante entender que cuando hay malestares y falta de comunicación en una empresa, las consecuencias siempre van a ser negativas.

Para poder lograr un ambiente de trabajo cooperativo y no solamente competitivo es necesario hacer ver a tus empleados que -como equipo- todos vamos a apreciar y a premiar el esfuerzo, las ideas, el compañerismo, el buen trato, la cordialidad, la actitud positiva, la proactividad y la escucha atenta. Si ellos perciben que los líderes valoran eso, en eso se convertirán. Sin embargo, si las altas conducciones no tienen en claro qué quieren transmitir y qué lugar le dan a estas formas emocionales de vincularse entre ellos y con los clientes, entonces, ¿qué crees que pasará?

La Innovación Emocional viene a resolver este freno que no permite que las empresas crezcan, porque sus equipos no accionan, o lo hacen a la velocidad de una tortuga. La responsabilidad de cómo reconducir la operación hacia el éxito o fracaso de la empresa, es exclusiva de los más altos directivos y de los líderes.

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