De hacer reemplazos a ser la encargada de producción y calidad de una firma alimenticia

Luciana fue la primera mujer embarazada en la empresa y afirma sentirse orgullosa de haber congeniado la maternidad con un cargo de alta responsabilidad en su trabajo

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Pasaron 17 años de la primera vez que Luciana Gonzalez pisó el Molino Benvenuto, fábrica ubicada en la ciudad de Roldán y especializada en la producción de harina de trigo. Gracias a su título, que la habilitaba como Perito Clasificador de Granos, entró para cubrir un reemplazo por la temporada de verano en el laboratorio de la empresa.

En ese entonces, también cursaba la carrera de Derecho y estaba más enfocada en sus estudios que en trabajar en el campo empresarial, por eso optaba por realizar suplencias que le permitían estar libre para asistir a la facultad durante el año.

“Al principio hacía solo lo que era la recepción de materia prima y siempre cubría los reemplazos de vacaciones. Pero en el año 2007 el molino encara una expansión muy grande, pasan a fabricar de 30 toneladas a 300 por día, compran nueva maquinaria y me llaman para que me encargue de organizar y montar la estructura del nuevo laboratorio”, indicó Luciana a Ecos365.

Fueron arduos meses de trabajo para la estudiante y perito, que en ese momento se preparaba para dejarle el mando del laboratorio a otro joven, con el objetivo de retomar sus estudios. Sin embargo, en julio del 2008, Eduardo Benvenuto, titular de la firma, le propuso sumarse al staff permanente de la planta con una jornada reducida que contemplaba dejarle tiempo libre para el cursado de las materias en la facultad, propuesta que no tardó en aceptar.

Con mucho bagaje teórico pero poco conocimiento práctico, se fue capacitando con colegas de otros molinos que la ayudaron a empaparse en lo que era el proceso de producción de la harina, un campo que le era completamente nuevo.  En pocos meses aprendió a evaluar las diferentes calidades, los aditivos que se usan, e incluso a manejar distintas máquinas y técnicas como el Falling Number, un método estandarizado que permite medir el grado de germinación del trigo.

En sus ratos libres, Luciana estudiaba e investigaba por su cuenta para profundizar los conceptos que iba incorporando. De lunes a viernes su rutina se repetía, iba a la fábrica donde cumplía su jornada laboral y luego se tomaba el colectivo a Rosario para asistir a las clases de la facultad. Así fue hasta el día en que se enteró que estaba embarazada.

"Era algo nuevo para mí y para la empresa porque yo era la primera empleada en toda su historia que iba a gestar un embarazo. En ese momento la mayoría eran hombres, de hecho´, cuando entré a trabajar, las únicas mujeres éramos yo y la secretaria Por suerte eso fue cambiando con el tiempo y hoy la planta tiene un 30% de personal femenino”, destacó Luciana.

Luego de tener a su hijo Ignacio, siguió capacitándose y realizó una Diplomatura en Calidad Alimenticia para poder hacer control de calidad de la materia prima que ingresaba al molino. Por ese tiempo también optó por dejar la carrera de Derecho, decisión de la que al día de hoy no se arrepiente.

Si bien en sus inicios, el Molino Benvenuto estaba muy abocado a trabajar con harina para panadería, de a poco fue ampliando su cartera de productos y apuntando a nuevos segmentos. Luego de un largo proceso a prueba y error, en marzo de este año desembarcaron en el sector del retail con harina ledudante, triple cero y cuatro cero para el consumo en hogares.

En todo este tiempo, Luciana acompañó el proceso de expansión de la firma a la vez que ella misma logró avanzar varios escalones hacia adentro, asumiendo el mando de una mayor cantidad de tareas. Luego de tener a Amalia, su segunda hija, se convirtió en encargada de tres áreas: Calidad, Desarrollo de Producto y Producción final y consideró que lo que más valora es haber aprendido a congeniar su vida familiar con la pasión por su trabajo.

“Yo tengo un acto escolar o del jardín de alguno de mis chicos y puedo ir sin problemas, en la empresa siempre me dieron el lugar para que pudiera acompañarlos. Soy consciente de que tener esa posibilidad es algo muy valioso y ojalá a más mujeres y hombres se les permitiera, como se permitió a mí, poder crecer laboralmente sin dejar de ser parte de la vida de nuestros hijos”, destacó Luciana.

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