Crecen los cierres de bares pese a la flexibilización de la cuarentena

Entre la espada y la pared. Los bares volvieron a abrir al público pero el consumo no alcanza. Después de la reapertura del sector gastronómico, el panorama no es para nada alentador

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Con el paso del aislamiento social al distanciamiento se habilitó la apertura de los locales gastronómicos de la ciudad, pero con la particularidad que solamente se puede ocupar la mitad de las mesas. Desde la vuelta a la actividad, se vieron bares y restaurantes que volvieron a abrir mientras que otros permanecieron cerrados, algunos con cierre definitivos y otros a la espera de que se reactive el consumo para no generar pérdidas.

Ya pasaron algunos días desde que abrieron los bares, y desde el sector coinciden en que la cuarentena acrecentó los problemas que algunos locales tenían y que llevó a que muchos “históricos” no reabrieran sus puertas. Este es el caso de Queens, El Resorte y Blest en Pichincha, Bar Blanco, La Maltería de calle Roca en el centro, que decidieron cerrar definitivamente con las medidas tomadas en el aislamiento social. Por otro lado, hay bares que todavía están cerrados y no confirmaron la fecha en la que abrirán, como El Establo, Born, Búho.

Así lo explica Alejandro Pastore, presidente de Paseo Pellegrini: “Es un proceso largo y duro, sin la suficientes señales para darle previsibilidad, porque estamos un proceso de apertura y la gran mayoría optó por abrir aunque algunos todavía no. Pero si el consumo no se reaviva, los costos fijos y el personal contratado que tenemos, es cuestión de tiempo antes que empiecen a cerrar locales. Nosotros vivimos del dia a adia, lo que no vendes hoy no lo vas a vender en acumulado mañana”.

De esta manera, Reinaldo Bacigalupo, de Mercado Pichincha coincide: “Como balance positivo es bueno haber abierto, pero como balance de negocio, obviamente que la situación está muy difícil y este es probablemente uno de los últimos manotazos de ahogado antes de cerrar definitivamente”. Y explicó la situación de los bares en la zona: “Alrededor del 70% de los locales de Pichincha abrieron, el resto decidió esperar a ver como reacciona el público, no sabemos si abrirán en julio o en agosto”.

Siendo así, los bares mantienen las cocinas trabajando, porque durante la cuarentena los negocios se mantuvieron a base del delivery y de las aplicaciones de pedidos. Esto llevó a bares a reinventarse para paliar la situación, casos como Menganno que no tenían delivery, se sumaron a todas las aplicaciones móviles de este servicio.

Sobre ello, Bacigalupo expresó: “Ayudó mucho que en Rosario ya había una cultura de delivery, así que el que estaba armado para envíos trabajo bien mientras que el que no tenía este formato, le costó mucho porque no es algo que se desarrolle de un día para el otro. Pero los deliverys no pueden salvar a un negocio ya que representan un 20% o un 30% de la facturación”. 

Asimismo, David Feiguin, empresario gastronómico de la ciudad coincide: “La realidad es que había muchos negocios que no estaban preparados para el delivery y proponerlo durante la cuarentena es una misión imposible”.

Por otro lado, los empresarios gastronómicos afirman en que los bares que más movimiento tuvieron en estos primeros días son los bares que tienen un target juvenil, ya que las cervecerías fueron los locales que más concurrencia tuvieron. “Quizás los bares apuntados a un público joven están trabajando un poco más porque es un público que salió este primer fin de semana”, explicó Pastore.

De esta manera el resto de los bares que apunta a un público más familiar, aguardan a que el consumo se reavive para comenzar a tener una facturación que les ayude a cubrir los gastos. Feiguin analiza: “Hoy, siendo sincero, no veo expectativas positivas, lo único es que desde los trabajadores, los empresarios y los distribuidores nos pusimos a trabajar hombro con hombro porque sabemos que sabemos que si no vamos a cierre. Toda la gastronomía de Rosario está en emergencia total”.

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