Cocheras: de un negocio redondo a una estrepitosa caída del 80% de la actividad

Venían de una gran rentabilidad por la falta de lugares públicos para dejar el auto, pero la larga cuarentena ya llevó al cierre de varias

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Desde hace varios años la Municipalidad de Rosario viene restringiendo los lugares públicos para dejar el auto. Bicisendas por doquier, estacionamiento medido, veredas más anchas y sin posibilidad de aparcar el coche son algunas de las razones por las que hoy resulta casi imposible encontrar lugar, sobre todo en el centro. Con un sostenido crecimiento del parque automotor, el negocio de los estacionamientos había ganado gran atractivo en los últimos años, al punto que en el caso de las cocheras individuales, su rentabilidad anual llegaba a duplicar la de un departamento.

Respecto a las playas de estacionamiento, si bien la inversión inicial siempre fue considerablemente mayor, el volumen del negocio lo justificaba. De hecho en el centro, hasta antes de la pandemia era difícil encontrar lugar en horas pico en las zonas más concurridas. Pero todo cambió con el coronavirus. Desde el 19 de marzo, fecha en que se decretó la cuarentena, la venta de tickets se desplomó un 80% promedio, con picos del 90%, según datos de la Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines Rosario (Cesgar).

Se calcula que existe en Rosario 400 playas de estacionamiento, de las cuales la gran mayoría tuvo una caída en los alquileres del 80%"

El cierre inicial de la actividad comercial y gastronómica, el home office y la parálisis administrativa redujeron el tránsito a la mínima expresión, y las últimas restricciones a la movilidad complejizaron todavía más el panorama, más allá de que la vuelta del estacionamiento medido debería ayudar al negocio. “Estamos en una situación sumamente crítica, en la que ya se produjeron varios cierres y podría haber otros”, estimó Oscar Liberton, referente de la cámara.

Las que más sufrieron esta coyuntura fueron las playas dedicadas sobre todo al cobro por hora, no obstante también cayeron las estadías mensuales, y en algunas zonas la gente optó directamente por dejar su auto en la calle antes que seguir pagando. Algunas de estas razones llevaron a que bajaran persianas definitivamente los estacionamientos de Corrientes y Pellegrini, cortada Ricardone, Alvear y Córdoba, Presidente Roca y Santa Fe, y Roca y San Lorenzo. “Muchos debieron endeudarse, tomar créditos o apelar a todos sus ahorros para subsistir, porque hubo que seguir pagando todos los impuestos, y sólo se consiguió alguna dilación”, explicó a Ecos365.

El 70% de los estacionamientos de Rosario están a cargo de inquilinos"

Un dato para nada menor es que de acuerdo a un relevamiento interno, el 70% de los establecimientos son manejados por inquilinos. Esto obligó a renegociar con los dueños una reducción temporal del pago del alquiler, que rondó el 50%, o en algunos casos directamente la suspensión del mismo. A su vez, la ayuda del ATP de Nación sirvió, pero sólo para amortiguar el golpe. En general no hubo despidos de personal, pero sí reacomodamientos y reducciones horarias, porque la jornada operativa se achicó conforme lo hicieron los negocios. A todo esto, claro está que ante la escasa cantidad de clientes, nadie se animó a ajustar las tarifas.

Algo mejor están atravesando esta crisis aquellas playas que tienen otros servicios asociados como el lavado de autos, que así y todo, tuvo una caída. “Tenemos clientes fijos de distintas empresas de servicios esenciales como bancos, aseguradoras y la policía que se mantuvieron, pero igualmente hubo una merma del 40% de ese negocio”, aclaró un referente del sector que cuenta con car wash. Otro dato que no se escapa es que mientras en Capital Federal las cocheras cobran una tarifa mínima a las bicicletas (que cada vez son más), en Rosario rige una ordenanza por la cual se debe ceder obligatoriamente espacio para el guardado de las mismas, sin que nadie se haga cargo de esa pérdida de rentabilidad.

Si bien esta cuestión no es determinante, suma un condicionamiento más a un sector que viene complicado. “Hoy invertir en un estacionamiento, pagando en dólares para encontrar un terreno y construir de cero en el centro, para después cobrar una tarifa horaria, no es negocio para nada”, aseveró un empresario que pidió reserva.

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