Durante la última semana la caída en precio del barril de petróleo se derrumbó de manera estrepitosa a nivel global, alcanzando números históricos. En el caso del barril de WTI, de referencia en Estados Unidos, llegó a bajar a precios de negativos de hasta -37 dólares. En tanto,el precio del barril de petróleo Brent del mar del Norte -de referencia en Europa- se situó por debajo de los 20 dólares este martes, su nivel más bajo desde diciembre de 2001.

¿Estas bajas tan significativas podrían afectar a los biocombustibles que se producen a nivel local? Federico Pucciarello, titular de Rosario Bioenergy y referente del sector, dialogó con Ecos365 acerca de las caídas históricas, donde se suma también una retracción de la demanda producto de la cuarentena. 

Pucciarello considera importante aclarar que, más allá del derrumbe, la situación demuestra que Argentina ha logrado jugar un rol importante en los fósiles, sin manejar los parámetros exógenos que son los que marcan los mercados petroleros. 

"He sido testigo del derrumbe histórico y el daño que eso ha generado en una apuesta política cien por ciento a Vaca Muerta en los últimos seis años de nuestro país", explicó y agregó: "Por ello la problemática en biocombustibles se apoya más en una falta de política pública que en el precio del petróleo internacional".

Los factores de los que depende el sector de biocombustibles no corresponden a variables externas o internacionales, sino que son un recurso natural de carácter nacional. "En esta pandemia hay pocos países que puede autoabastecerse de alimentos y energías como Argentina", aseguró. 

En cuanto a los precios, Pucciarello explicó -en coincidencia con otros referentes del sector estacioneros- que en el país hay una suerte de "microclima", que hace que los precios no acompañen las tendencias internacionales. 

"Es importante que el consumidor entienda esto porque también nos sirve de amortiguación cuando el petróleo sube: ha llegado a estar a 143 dólares, mientras que en Argentina se pagaba una referencia de 60 dólares", sostuvo.

Actualmente, el barril de petróleo internacional está en 22 dólares y en el país se paga una referencia de entre 45 y 50 dólares. "Nuestras matrices de costos son mucho más estables", afirmó. 

"Los precios del petróleo hoy no condicen con la realidad y los combustibles líquidos no bajaron su precio en ningún lugar del mundo. Las especulaciones están generando una distorsión", sostuvo Pucciarello. 

"El combustible en el mercado argentino tiene un precio justo y, además, la industria de biocombustibles y fósiles viene perdiendo plata", explicó el referente del sector. 

El día de ayer en la reunión con industriales santafesinos, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, sostuvo que "Vaca Muerta va a tener que esperar", porque demuestra inviabilidad. Por ello, Pucciarello insistió que en el caso de los biocombustibles, la viabilidad pasa por otros commodities, de los que Argentina puede manejar su valor, como la soja. 

"Tenemos más viabilidad para biocombustibles que para fósil, porque somos formadores de precio mientras que en fósiles somos espectadores", agregó. 

En el contexto actual, las estaciones de servicio han registrado bajas de hasta un 95% en los primeros días de cuarentena obligatoria. El consumo de nafta en grandes ciudades bajó muchísimo, aunque de a poco comienza a repuntar como cada nueva actividad autorizada. 

En cambio el gasoil no se vio tan golpeado por transcurrir el tiempo de cosecha gruesa en el sector agro, aunque bajó al menos un 20% pero "no fue drástico".

Asimismo, el sector sigue golpeado porque "hubo una política del gobierno anterior de una clara destrucción sistemática de los biocombustibles en favor de los fósiles y apuntando a Vaca Muerta". 

La medida inmediata para el sector sería una nueva ley de biocombustibles o la extensión de la actual. "No se puede trabajar con 56 plantas, miles de empleados y no saber qué va a pasar en el 2021. La incertidumbre destroza las inversiones, los contratos a futuro y la compra de materias primas", explicó. 

En cuanto al impacto ecológico, Pucciarello considera que es "una oportunidad histórica de entender que el coronavirus está relacionado con la contaminación ambiental", por lo que la modificación en la matriz energética sería "una salida viable y sustentable".