Semana de alta tensión para todos, pero para los granos en particular

Por Dante Romano, especialista en comercialización agropecuaria y miembro del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral

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El cambio de escenario en materia financiera que encontramos en Argentina el lunes luego de la sorpresa electoral afectó a todos los sectores, agro incluido. Pero como veníamos anunciando, el lunes 12 a las 13 hs se develó el reporte del USDA que puso claro sobre oscuro cuanta superficie finalmente se sembró en EEUU tras las fuertes lluvias que demoraron casi un mes las labores de siembra. El dato resultó bajista para el maíz y arrastró la soja. Y cuando terminábamos de digerir esto, apareció un rumor de suba de retenciones, que si bien luego fue dejado de lado, tiene mucho sentido. En tanto la cosecha de maíz tardío sigue avanzando en etapas finales, y la presión de cosecha, en un momento donde ya no hay tantos barcos esperando, llevó el interés de los compradores a la baja. 

Datos del USDA bajistas en maíz, levemente alcistas en trigo

En cuanto al reporte del USDA, el área de maíz se contrajo en 700.000 ha, pero el mercado esperaba una merma mayor. Finalmente EE.UU. implantó 36,4 mill.ha. Pero la sorpresa fue que los rindes se incrementaron 2 qq/ha respecto de las estimaciones previas, algo totalmente inesperado, y más que compensaron la merma de área en la producción final, que terminó subiendo 700.000 tt cuando el mercado esperaba que bajara 17 mill.tt. Como si esto fuera poco el USDA ajustó demanda a la baja tanto de cosecha vieja como nueva, con lo que los stocks finales de maíz terminaron subiendo 4 mill.tt. cuando esperábamos una contracción de casi 10 mill.tt. Todo mal con el maíz!

Por el lado de la soja la merma de área fue de 1,3 mill.ha. con rindes que se mantuvieron, resultando en una producción 4,5 mill.tt. menor a la estimada previamente. Todos estos datos estuvieron por debajo de lo esperado, y si bien por un ajuste de demanda a la baja la traslación a stocks fue menor (bajaron 1,1 mill.tt.) el mercado se sorprendió porque esperaba un incremento.

En trigo se dieron pocas variaciones a nivel de EEUU, mientras que en el mundo se siguió ajustando a la baja la producción en Europa y Rusia aunque todavía con variaciones positivas respecto al ciclo previo. Los stocks mundiales de hecho bajaron 1,1 mill.tt. pero entre que los analistas esperaban una contracción mayor, y que de todas formas los stocks son 10 mill.tt. no hay mucho para tomarse y justificar precios más altos.

La reacción del mercado en maíz fue un límite de baja el lunes, y el martes un arranque por debajo del mínimo del día anterior, dejando una zona de precios sin cubrir, que en la jerga técnica se llama GAP. Estos son típicos de mercados con mucha fuerza bajista, pero a la corta o a la larga los precios rebotan y esas zonas sin cubrir se llenan.

En el caso de la soja si bien el reporte fue levemente alcista, y en trigo mayormente neutro, la baja del maíz arrastró inicalmente a esos productos. Sin embargo más adelante se recuperaron. El efecto neutro fue un ajuste muy negativo en maíz, y precios estabilizados para la soja.

Sin embargo debemos notar que los precios del maíz están al momento en niveles similares a los que teníamos cuando se esperaba una producción mucho mayor que la actual. Esto nos hace pensar que quizás el mercado reaccionó en demasía al informe y de hecho Chicago rebotó sobre el final de la semana. No obstante tampoco podemos esperar subas fuertes.

Impacto de la elección: dólar, tasas y derechos de exportación

En el mundo agro, la sorpresa eleccionaria como comentábamos el lunes pasado, lleva a temer que vuelvan prácticas que le costaron caro al sector: aumento en derechos de exportación y restricción en la comercialización. Eso hizo que se generara presión de ventas local y que las bajas se precipitaran. Pero cuando el martes comenzó a circular el rumor de una suba en los derechos de exportación pasándolos de 4 a 6 $/USD exportado, los compradores se retiraron y los vendedores se desesperaron, generando un mercado totalmente desdibujado. Si bien al día siguiente esta información se desmintió y los precios rebotaron, lo cierto es que tiene mucho sentido.

Cuando los derechos de exportación se instauraron, el tipo de cambio estaba levemente por encima de los 40, con lo que rendían casi 10% por tonelada exportada. Con un tipo de cambio en torno a 60 en términos porcentuales la retención se licúa a menos de 7%, y si tomamos el tipo de cambio futuro para las posiciones de cosecha nueva, quedamos por debajo del 5%. Sea quien sea el próximo Presidente, para recomponer ingresos en un marco complejo desde la recaudación, mínimamente debería efectuar el ajuste mencionado. Ello implicaría bajas de 5 $/USD para los cereales y de más de 10 para la soja. Esto hace que ante la duda, la recomendación sea vender.

En tanto la escapada del tipo de cambio vino acompañada de una suba de tasas muy fuerte. El sector se beneficiará poco de esta suba de tipo de cambio, ya que las deudas del año pasado en general ya se pagaron y además por lo caro y escaso del financiamiento en pesos, se trabajó con tasas en dólares para el nuevo ciclo. Si es cierto que los componentes en pesos se licúan, como las aplicaciones, el flete, las labores, etc. Pero estas también tendrán sus ajustes de aquí en adelante.

El problema ante la incertidumbre cambiaria es que si bien los granos operan a valor dólar, cuando un negocio de granos se concreta y se determina cuanto se va a cobrar, luego pasan al menos cinco días hábiles para el cobro. En algunos casos esto puede estirarse a 10 días hábiles dependiendo del canal de venta, o incluso en el caso de los consumos (polleros que compran maíz, molinos de trigo, etc) el pago se extiende a más de 30 días. En una incertidumbre total como la vista, nadie quiere quedarse siquiera cinco días en pesos.

Los créditos desaparecieron, ya que es difícil saber donde quedamos parados. Los créditos en pesos por obvias razones, y los que son en dólares por la duda en cuanto a la capacidad de repago de los mismos, y el fondeo que los propios bancos o empresas comerciales pueden conseguir en este nuevo contexto.

Menor interés por maíz disponible, y mayor por soja

Yendo a cuestiones más operativas de nuestro mercado, todavía se está trillando maíz, y como los buques a la descarga han bajado, el interés comprador es poco, no se consigue tanto espacio en puertos, y esto lleva a que se castigue el precio con descarga inmediata, que es el que necesitan los que están trillando. En este contexto con tasas más en la zona del 30% en dólares vs diciembre, la señal que se da es que los productores embolsen, y vendan a futuro (diciembre o enero).

En soja ocurre lo contrario. La trilla terminó, el nivel de ventas a precio fue bajo, y la entrega de mercadería, si bien no fue tan pobre, quedó mucha soja en los campos. Un mayor interés tanto de exportadores que empezaron a cerrar negocios, como de las fábricas que están con poco stock, llevó a que los precios se aplanaran en las distintas posiciones de cosecha vieja. De necesitar financiarse ahora la soja es el mejor producto.

En cuanto a los precios de cosecha nueva, con maíz en torno a 140 y soja en 240 los precios son buenos. Con tanta incertidumbre la recomendación es tomar precios, asegurar rentabilidad, y en última instancia cubrirse con papeles a la suba en el exterior, donde de haber derechos de exportación incrementados en Argentina, los valores no bajarán. Y por otro lado usar estos negocios para cerrar en canje los productos para el nuevo ciclo, ya que el crédito bancario y comercial, estará desaparecido en acción.

(Por Dante Romano)

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