Se enfría la tregua entre China y Estados Unidos y los ojos empiezan a virar a Sudamérica

Dante Romano, del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, proyecta el impacto de la disputa comercial en los precios de la soja, maíz y trigo 

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La semana arranca con mucha expectativa. El domingo pasado nos anoticiamos de que Estados Unidos y China acordaron una tregua en la guerra comercial, y que en lo referente al agro, China compraría productos agrícolas. Pero la reacción fue tibia, ya que China no bajó derechos de importación para la soja estadounidense (25%) ni se anunciaron operaciones concretas.

Para peor, el martes ya el presidente Donald Trump calentaba el ambiente con un tweet donde se llama "el hombre de los aranceles" y el miércoles la detención de una alta funcionaria de la empresa ícono China Huawei terminaba de barrer toda la expectativa previa.

Sin embargo, el viernes nuevo viraje: Trump diciendo nuevamente por un tweet que las negociaciones van bien. ¿Quién los entiende?

Soja

En este contexto, la soja se defendió bastante bien en el mercado de Chicago, donde sigue empujando desde los mínimos de mediados de septiembre. Desde ese momento la soja estadounidense subió 34 dólares por tonelada en el disponible mientras que en Argentina se mantuvo en 250 dólares. Mientras tanto la posición de referencia para la cosecha Argentina de CBIT (julio) subió 30 dólares, mientras que el mayo 2019 en Matba perdió casi 5 dólares.

Claramente los precios están descontando que Estados Unidos exportará soja a China, mientras que la demanda del país oriental sobre nuestros mercados se ha calmado. Posiblemente China apunte a realizar compras de soja de Estados Unidos en el corto plazo, para empalmar con la entrada de la campaña Sudamericana, especialmente con Brasil, que apunta además de a una excelente cosecha, a una más temprana que lo normal.

En efecto, en Brasil están terminando la implantación unos 15 días antes de lo habitual, y se comenta que emplearon soja de ciclos más cortos para tener mercadería lo antes posible, y poder seguir reemplazando a Estados Unidos en las ventas. Luego empalmaría la cosecha Argentina, que también viene bien. Con 40% sembrado y un muy buen avance en la semana, el ritmo se normalizó, y las condiciones climáticas son muy buenas. Hay pronósticos de nuevas lluvias la semana próxima, diciembre/enero sería llovedor y estamos en un año Niño.

El problema es que si China y EEUU llegaran a un acuerdo de largo plazo, nos encontraríamos con EEUU disponiendo enormes stocks, Brasil con una cosecha disponible temprana y grande que se solaparía con la oferta remanente norteamericana, y a la postre llegaríamos nosotros.

Esto sería una situación puntual, y con el atraso de compras de parte de China, debería normalizarse en unos meses. Además también la industria viene con problemas. La falta de demanda China sobre EEUU generó precios muy bajos del poroto.

La industria de EEUU molió más y ofrece grandes cantidades de harina y aceite al exterior, también esos porotos baratos permitieron a industrias europeas, vetustas y con costos altos, ser rentables nuevamente y moler agrandando así la oferta.

En tanto, en Argentina con una materia prima más cara gracias a la demanda adicional de China, el margen fue muy malo, y si bien la molienda bajó, las industrias acumularon stocks de harina y aceite de soja. De darse un arreglo de largo plazo, todos estos stocks deberán comercializarse rápidamente, y con menor demanda de exportación, también pasaríamos por unos meses con poco interés.

Pero todo lo descripto sería puntual: de largo plazo hay que tener en cuenta que la demanda está, se vio obligada a contener el aliento por la guerra comercial, y si se termina debería desahogarse, mientras que por lo pronto se cuenta con la perspectiva de una menor intención de siembra de EEUU. Veremos si el fin de la guerra comercial llega a tiempo para revertir la situación, pero no parece probable.

En tanto en lo que hace al mercado interno, las compras de industria y exportación alcanzaron el total producido el año pasado. Cualquier interesado en hacerse por soja deberá ofrecer un precio que tiente al productor a deshacerse de stocks del ciclo previo, contando con trigo, que tiene precios excelentes, y maíz que está mejorando su valor, aunque no parezca tan sencillo.


Maíz: la demanda de maíz reaparece en escena y los precios suben. La demanda de maíz, tanto en Estados Unidos como en Argentina, se sigue mostrando activa. Las exportaciones semanales de Norteamérica superaron las expectativas del mercado, y estuvieron en un robusto 1,2 millón de toneladas. 


Localmente, y tras varios meses de poco interés, aparecieron todos los compradores ofreciendo un abanico de posibilidades, que van desde negocios con descarga, negocios diferidos con pago disponible o valores en dólares para el empalme de cosechas. Ello llevó a que los precios de maíz viejo que estaban por debajo de los de cosecha nueva, se pusieran ahora por encima. Si bien son valores que están por debajo de los picos, suenan tentadores para vender.

En cuanto a la posición de cosecha nueva, la gran amenaza es la intención de siembra de Estados Unidos, que subiría, y limitaría los precios. Por ello recomendamos no dejar pasar la oportunidad con precios que volvieron a los 145 dólares por tonelada en abril y 140 dólares en julio.

Por el lado de los cultivos, se retomó la siembra de maíz con las variedades tardías. Las condiciones de lo sembrado temprano son excelentes, y los pronósticos de más lluvias hacen pensar que la campaña sería muy buena.

Trigo: la presión de la cosecha nos está saliendo barata. La trilla avanza a buen ritmo. Está finalizada en el norte, promediando el 50% en Córdoba y finalizando en Santa Fe y Entre Ríos. Como las lluvias fueron frenando los avances en el medio, la descarga fue fluida y la presión de cosecha no se sintió tanto.

Los precios tocaron valores mínimos de 170/175 dólares por tonelada con descarga inmediata y ya están comenzando a subir, apoyados por el frente externo.

Al respecto, Egipto compró fuerte la última semana, Estados Unidos levantó cabeza con sus exportaciones semanales, y no podemos soslayar el riesgo de que Ucrania y Rusia sigan generando enfrentamientos que dificulten la salida de trigo.

A futuro falta entrar el cereal de Buenos Aires. La duda allí son el efecto de las heladas y granizo de meses anteriores. Resulta difícil saber específicamente cuanto habrá impactado, por lo que estaremos atentos a los rindes. Pero a juzgar con lo que pasó más al norte, la compensación de rindes mejores que el promedio como se esperaban, y otros que desilusionaron, pero estuvieron en el promedio, hacen pensar que no bajaría tanto la producción.

Adicionalmente tenemos la cuestión de la calidad: se reportan muy buenos niveles de proteína y por ende glúten, auque algunos inconvenientes en zonas puntuales con el peso hectolítirico.

Las amenazas para este mercado son los comentarios que llegan de Brasil de una posible eliminación del arancel extra Mercosur (impactaría en 30 dólares sobre la expectativa de mejora de precios) y el hecho de que los valores del trigo a nivel internacional siguen siendo elevados, y si el año próximo la campaña del hemisferio norte se normaliza, de julio en adelante no podrían sostenerse.

Por esto la recomendación es vender sobre los meses diferidos, o bien de querer esperar no pasarse más allá de marzo, o hacerlo con PUT comprado.

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