Entre elecciones, ¿qué pasará con el dólar?

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Las empresas e individuos se deben preparar para un año con alta inflación, tipo de cambio volátil, y elecciones presidenciales. ¿Qué estrategia estás pensando para tu empresa?

El mercado financiero ha tenido un giro copernicano en los últimos meses, en diciembre teníamos una tasa en $ del 70% anual, que abruptamente cayó al 43% anual, mientras que la cotización del dólar desde el 30 de agosto a la fecha sigue un recorrido lateral. Ni la baja de tasas, y menos aún la estabilidad del dólar, generaron un vuelco positivo a la economía argentina.

La economía urbana, producto de los cambios bruscos en los costos de los servicios públicos, caída del margen de rentabilidad y suba de costos generales, ingresó en una dura recesión económica que no tiene en la mira una pronta recuperación. La economía agropecuaria espera con ansiedad que la cosecha no se trunque por el mal clima, la esperanza de una buena cosecha vuelve a entusiasmar al interior del país.  

Nada es lineal, como siempre hay sectores ganadores y perdedores, sin embargo, la economía sigue invitando a ir por más escala para financiar los costos de estructura.

Los servicios públicos han pasado a ser tan importante como el alquiler en muchos rubros de nuestra economía. Esto ha elevado los gastos de estructura, y por ende para hacer sustentable el negocio hay que incrementar las ventas, buscar una mayor escala y financiar el capital de trabajo necesario para lograr dicho objetivo.

No es fácil vender más cuando el capital de trabajo es escaso, las tasas de interés son tan elevadas que hacen prohibitivo el financiamiento bancario, y los emprendedores no tienen otro camino que financiarse con capital propio. En muchas oportunidades no existe ese capital como dinero físico, sin embargo, hay importante stock en las empresas que se están liquidando, tratando de conseguir dinero fresco para financiar la reconversión.

En este escenario vemos que algunos logran el objetivo, y muchos quedan en el intento, lo que preocupa es la enorme cantidad de pequeños emprendimientos que están cerrando, y la falta de oportunidades de ocupación para aquellos empleados que estaban desarrollando tareas en estos negocios. Es así como se ha comenzado a notar una suba importante del desempleo, que comienza a impactar en el consumo masivo.

Rosario es una de las ciudades del país donde más han crecido las segundas, terceras y cuartas marcas, los individuos buscan no bajar la cantidad consumida, y están dispuestos a aceptar una baja en la calidad si el precio lo permite.

Para el mes de marzo habrá un aumento en la clase pasiva y aquellos que cobran las asignaciones universales por hijo, no es un tema menor. Según nuestro último relevamiento involucra a 12.420.000 personas, que representa el 30% de la población.

Para el mes de abril, muchos empleados del sector privado deberían estar cobrando los incrementos de salarios que se negocian en paritarias. El total de trabajadores privados suma 6.164.100 trabajadores, suponiendo que un 50% estará cobrando aumentos salariales, estaríamos rondando unos 15 millones de personas con mejoras en los ingresos familiares. Si le sumamos los aumentos que recibirán los empleados del Estado que son unos 3.172.300 trabajadores, tendremos un total de aproximadamente 18 millones de personas con más ingreso en sus bolsillos, que representa el 40% de la población argentina.  Esto debería dar lugar a una mejora en la actividad económica en el segundo trimestre del año.

Una jubilación media cobra aproximadamente $ 12.309 por mes, un asalariado del sector privado cobra una media de $ 28.000 por mes, son datos al mes de octubre pasado, sin contar aguinaldo y vacaciones. Como siempre aclaramos, son valores promedios. 

La mayor preocupación pasa por la inflación, para enero se espera un incremento de precios del 3%, y febrero no estaría lejos de dicha marca, esto estaría diluyendo los incrementos salariales que recibiría la clase activa y pasiva desde abril en adelante.

El combate contra la inflación lo tiene al gobierno sobre las cuerdas, para el primer trimestre del año la inflación rondaría el 9%, mientras que para el segundo trimestre haciendo un buen papel estaríamos en torno del 7%, esto nos estaría dando una inflación proyectada superior al 30% e inferior al 35% anual. Esto traerá aparejado un escenario muy ajustado en el año 2019, una búsqueda incesante de ofertas, un consumidor racional, empresas buscando promocionar productos para elevar ventas y financiar los gastos de estructura.

En estos días vemos que la tasa de interés ha iniciado un recorrido bajista, pero rápidamente el tipo de cambio se pone en alerta. Los desafíos para el gobierno radican en el segundo semestre, cuando las elecciones presidenciales digan presente, y el mercado se prepare ante un escenario de propuestas binario.

Las elecciones se desarrollarán entre el 11 de agosto y el 23 de noviembre, comenzando por las primarias, sigue la elección general del 27 de octubre y la segunda vuelta el 23 de noviembre.

Los argentinos tienden a dolarizarse cuando hay elecciones presidenciales. En el año 2016 el atesoramiento de los individuos y empresas ascendió a la suma de U$S 12.326 millones, en el año 2017 a U$S 17.758 millones y en el año 2018 a U$S 18.019 millones. Esto implica que en los últimos dos años los argentinos compraron en el mercado unos U$S 1.500 millones por mes. Esto podría repetirse e incrementarse en un escenario de indefinición en las urnas, con modelos tan disimiles enfrentados.

El dólar hoy está en un valor atractivo, pensemos que sólo pocos proyectan el segundo semestre, el alto voltaje de la contienda electoral llevará a muchos inversores a decisiones emocionales, y seguramente el precio del dólar será mucho más elevado que el valor actual.

Conclusión:

La baja de tasas de interés ha llegado a niveles aceptablemente bajos, en función de la alta expectativa de inflación vigente, el final abierto que vemos en la elección presidencial, y una demanda de dólares que irá creciendo con el correr de las semanas.

Como aspecto positivo tenemos, una muy buena cosecha, un gobierno con altos niveles de reservas, y el financiamiento asegurado para los años 2019/20.

Argentina no explota, pero será un año de emociones, difícil de transitar, y si no nos trazamos una estrategia será complejo tomar decisiones sobre la marcha.

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