Acabar con los combustibles fósiles antes de que acaben con nosotros

Columna de opinión del profesor Enrique Dans sobre el dilema tecnologico que implica la utilización de combustíbles fúsiles frente a las energías renovables

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El de los combustibles fósiles es un dilema tecnológico complejo: cómo terminar con una tecnología sucia, obsoleta y plagada de efectos secundarios, pero detrás de la que están algunos de los mayores emporios económicos del planeta.

La semana pasada, The Guardian anunció su decisión de prohibir la publicidad de compañías de combustibles fósiles, incluyendo la de sus iniciativas en energías renovables por considerarlas parte de programas de greenwashing. La iniciativa, que supone que el medio de comunicación asuma importantes pérdidas, sigue a otras decisiones relevantes que dejan cada vez más clara la caída en desgracia de estas compañías: el mayor fondo de inversión del mundo, BlackRock, anunció que la emergencia climática estaba redefiniendo el mundo de las finanzas, y que dejaría de invertir en en compañías que supusiesen un alto riesgo en términos de sostenibilidad. Pero BlackRock, además, no está sola: el Banco Europeo de Inversiones anunció en julio del año pasado que en 2020 eliminaría toda la financiación para proyectos relacionados con combustibles fósiles, anteriormente lo hizo el fondo soberano de Irlanda, y el de Noruega, el mayor del mundo, que ya eliminó de su cartera a las compañías de carbón, se plantea también hacerlo con las de petróleo y gas.

Podemos pensar que los combustibles fósiles fueron los que trajeron la economía mundial hasta el punto en que está ahora en cuanto a progreso y riqueza. Pero la gran verdad es que los planes de esa industria son incrementar su actividad mientras puedan y seguir extrayendo todo el combustible que está en el suelo, y esos planes son, sencillamente, incompatibles con la vida en el planeta. La única manera de salvarnos es interrumpir lo antes posible y de manera drástica el uso de combustibles fósiles, y si eso hace preciso llevar a estas compañías ante los tribunales, habrá que hacerlo.

La economía basada en los combustibles fósiles, además, es una economía falsa: en realidad, funciona gracias a los millones de dólares que los gobiernos invierten en subsidios. Ante su cada vez mayor pérdida de popularidad y las perspectivas de una disminución de la demanda para sus productos, las compañías petroleras se han dedicado a reforzar su influencia política para preservar esos subsidios, que ocultan el hecho de que los progresivos descensos de los costes de producción de las energías renovables ya las han convertido en mucho más baratas que la alternativa de quemar combustibles fósiles.

Enormemente sucias, más caras, y sostenidas únicamente gracias a subsidios: según BNP, el octavo banco más grande del mundo, la economía del petróleo está ya en un declive implacable e irreversible ante el impulso de las energías renovables. Por mucho que a todos nos guste seguir usando nuestros vehículos sin restricciones o seguir volando barato a todas partes, la realidad es que no podemos permitirnos seguir quemando petróleo, y que esa dependencia de una tecnología obsoleta, sucia e insostenible es algo que tenemos que sacudirnos lo antes posible. Y ya no lo dicen únicamente activistas, jóvenes, científicos y radicales: lo dicen los principales bancos de inversión, los fondos soberanos y los economistas. Lo dice todo aquel que tiene dos dedos de frente y que no se engaña a sí mismo al analizar la situación. Se discute hasta en los foros de Davos. Puede parecer complicado, pero es una transición tecnológica que tiene que tener lugar lo antes posible, a toda costa, sea como sea. Si no lo hacemos, lo que viene no será precisamente bonito.

Quemar combustibles fósiles tiene que convertirse en inaceptable, en el reto tecnológico y económico de nuestro tiempo. Y lo sabemos. Cuanto antes seamos capaces de imaginar una economía al margen de los combustibles fósiles, por extremo que nos suene, mejor. Pongamos manos a la obra.

Autor: Enrique Dans

Profesor de Innovación y Tecnología, IE Business School, desde el año 1990

Senior Advisor on Innovation and Digital Transformation at IE Business School since September 2016.

Doctor (Ph.D.) en Management (Information Systems), The John E. Anderson
Graduate School of Management at UCLA (1996 – 2000)

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