Uno de cada cuatro cadetes rosarinos trabaja para una app y crece la idea de regular el sector

Ya son entre 2.500 y 3.000 los repartidores de Rappi, Glovo y Pedidos Ya en la ciudad. Un proyecto para evitar la sindicalización generó polémica en el Concejo

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La presentación en el Concejo Municipal de un proyecto para evitar la sindicalización de los trabajadores de las apps de delivery volvió a encender el debate sobre la falta de regulación de un sector cuyo trabajo creció exponencialmente por la pandemia. Se estima que en la actualidad, uno de cada cuatro cadetes de Rosario trabaja para Rappi, Glovo o Pedidos Ya.

Estas plataformas llegaron a la ciudad hace cuatro años, aunque su uso se masificó hace dos y en este 2020 se convirtieron en las grandes ganadoras de la cuarentena. Desde el primer momento operan sin habilitación ni permiso municipal, aprovechando vacíos legales de la legislación y amparándose en que son empresas de tecnología y no de reparto para evitar quedar encuadradas dentro de las normativas ya existentes para el sector.

Suman entre 2.500 y 3.000 los cadetes de apps en Rosario

Proyectos de regulación

Ya en octubre de 2018 el concejal Eduardo Toniolli había presentado una denuncia administrativa en la Municipalidad porque Glovo y Rappi estaban funcionando sin habilitación municipal. Distinto era el caso de Pedidos Ya, que había acordado un marco especial para sus trabajadores junto a la Asociación Empleados de Comercio. Representantes de esta última empresa y de Rappi, de origen colombiana, acudieron al Concejo a dar explicaciones, pero ahí quedó todo.

En 2019 el tema volvió a la agenda pública cuando apareció un bicicletero exclusivo para repartidores de Rappi ocupando espacio público en Corrientes y Pellegrini, y además de pedir a la firma que se adecúe a las normativas vigentes, se empezó a plantear la posibilidad de crear una Aplicación Pública de Pedidos Rosario (App Rosario). La misma permitiría conectar comerciantes con clientes y contaría con intermediación municipal.

El tema volvió a instalarse en la agenda este año, sumándose la posibilidad de que se dicte una normativa específica para las apps, que contemple reparto tanto en motos como en bicicletas, obligue a las empresas a contar con sede física en la ciudad, brinde condiciones de seguridad e higiene a los trabajadores y revise su vínculo laboral hasta ahora mediado por el monotributo. La única novedad hasta ahora había llegado de parte de la Provincia, que fijó un tope de 18% en las comisiones de cobro de estas empresas, que hasta ahora venían percibiendo entre 30 y 36%.

¿Freno a la sindicalización?

En los últimos días, el concejal de Cambiemos, Roy López Molina, presentó un nuevo proyecto en la materia destinado a “evitar la equiparación de los repartidores de apps con la cadetería tradicional y su sindicalización compulsiva, con el fin de no poner en riesgo las fuentes laborales ni la autonomía de los delivery”. Para el vicepresidente primero del Concejo, es necesario dar un marco normativo a la actividad pero “evitando una regulación que desaliente la instalación de empresas de la economía bajo demanda, más aún en un contexto de emergencia y aceleración de la crisis”.

La regulación alcanza específicamente a administradores, repartidores y proveedores, no a los establecimientos de cadetería ni a los trabajadores en relación de dependencia, que ya tienen un régimen estipulado en una ordenanza vigente. En el caso de los repartidores, será obligatorio además del registro ingresar un alta en Afip y contar con seguro de vida y ART o de accidentes personales. En tanto, para los vehículos deberán también concretar la actividad bajo distintas normas de seguridad vial, entre ellas, incluir bandas reflectivas en las cajas. De aprobarse y promulgarse la ordenanza, habrá seis meses para registrarse y adecuarse.

“Nosotros no vemos por qué las apps deben tener una legislación diferente a la nuestra, si hacemos el mismo trabajo”, se quejó Gustavo Yedro, referente del sindicato de Trabajadores de Cadetes y Mensajeros de Rosario. “Este proyecto de López Molina lo que viene es a blanquear el funcionamiento sin ningún tipo de regulación de estas aplicaciones que operan en la ciudad desde hace cuatro años”, agregó en diálogo con Ecos365. Consideró que estos trabajadores podrían operar tranquilamente con la legislación existente, a fin de igualarlos a todos y evitar lo que reafirma que es una “competencia desleal”.

El trabajo de cadetes creció 100% durante la cuarentena

“Durante la pandemia nuestro trabajo creció 100% y, paralelamente, entre 2000 y 2500 personas que se quedaron sin trabajo se sumaron a este rubro, la mayoría en condiciones de precariedad”, señaló. Así es como hoy la ciudad cuenta con 10.000 repartidores, de los cuales entre 2.500 y 3.000 trabajan para alguna app, un número que viene en franco ascenso y que todavía, pese a los numerosos proyectos, carece de una regulación.

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