Martín Hillcoat y Joel Sujmajier son dos amigos que al principio de la cuarentena decidieron volverse socios de Kinga, un proyecto novedoso a través del cual diseñan, fabrican y venden tablas de Balance Board. Se trata de una actividad muy común en amantes del surf y el snowboard, que la utilizan como práctica para sus deportes y consiste en hacer equilibrio en una tabla apoyada en el piso sobre una base inestable. Los socios descubrieron que podía volverse una buena forma de divertirse durante la cuarentena, a la vez que permite ejercitar distintas zonas del cuerpo.

“Empezamos al principio de la pandemia. Estábamos cada uno en nuestras casas y surgió esto del Balance Board que es un mercado que está muy asentado en Buenos Aires, pero no así en Rosario. Nos pareció que era una buena idea, tanto por el lado del negocio, como para sumar diversión a la cuarentena dado que la gente lo puede practicar en su casa”, señalo Martín.

Los amigos y socios pusieron manos a la obra y a prueba y error comenzaron a fabricar sus primeras tablas. Joel contó que al principio les llevó tiempo descubrir cuáles eran los materiales y productos que les convenía usar y fueron asesorándose con personas conocidas, sobre todo aquellas relacionadas al rubro de la construcción.

Martín contó que a la hora de investigar, vieron que en Buenos Aires las opciones de tablas que había en madera era muy básicas y que ellos podían lanzarse a hacer algo distinto, que sirviera para Balance Board pero que también sea atractivo visualmente: "decidimos innovar por el lado del diseño, pintando frases motivadores y dibujos que las hacían más cancheras".

Actualmente Kinga cuenta con cuatro diseños y Joel afirmó que si bien eso les lleva más trabajo, prefieren tener variedad para que los clientes puedan elegir el que más les gusta. Ambos se encargan de hacer los bocetos y el tratamiento de la madera y luego las tablas son llevadas a una gráfica que imprime los detalles encima de ellas. Cada tabla pasa por varios procesos que le dan resistencia y durabilidad a la pintura.

"Hoy llegamos a producir doce tablas por semana, pero la idea en un futuro es aumentar la producción, siempre y cuando la demanda acompañe”, destacó Joel.

Además de realizar ventas minoristas en Rosario, los amigos comenzaron a recibir pedidos mayoristas de parte de otras ciudades como Puerto Madryn y Ushuaia. También contaron que les llegan consultas de interesados en Córdoba, Paraná y Roldán por lo que las ventas crecen semana a semana. Su idea es comenzar a venderlas en gimnasios y clínicas de rehabilitación, ya que es un buen ejercicio para fortalecer tobillos y piernas.

En cuanto a las redes, los emprendedores consideraron que fueron el principal motor para impulsar la marca y debido a la cantidad de personas interesadas hoy tiene algunas demoras en los pedidos. A esta situación se suman las complicaciones por la pandemia y la demora en los proveedores y aunque los procesos de producción se vieron lentificados, Joel y Martín esperan que todo pueda acomodarse con el correr de los proximos meses.