Sólo hay tres destiladoras mujeres en todo el país y una de ellas es rosarina. En un mercado dominado mayormente por hombres, Valeria Saavedra se abre paso en la ciudad al frente de “La Salvaje”, el primer gin rosarino.

Valeria aprendió el oficio en España en el año 2005, donde vivió varios años para volver hace un año y media a la ciudad de Rosario. Cuenta que en aquel año surgió un nuevo tipo de ginebra, el gin contemporáneo, que es “más aromático y con una fórmula amable que permite combinaciones”: ese es el gin que empezó a fabricar.

Así surgió “La Salvaje”, inspirado tanto en la fuerza y exuberancia de la vegetación de Rosario, así como de la mítica figura de Rita la Salvaje, proveniente del barrio de Pichicha. De este modo, busca recuperar la esencia del Litoral y el Paraná con un estilo elegante, pero con marca local.

“Vivimos en una zona preciosa, muy viva, con mucha naturaleza y eso es un poco el carácter que quise reflejar en mi producto, no podía ser de otra manera”, explicó la emprendedora.

Además, el producto sostiene un gran vínculo con lo artístico que se remonta a su pasado como diseñadora (posee una etiqueta con camalotes hecha por una artista rosarina) y lo local (producido con insumos de la ciudad). Lleva diez botánicos: coriandro, enebro, cardamomo, clavo de olor, lima, naranja, cedrón, laurel, eucalipto y romero, y Valeria se encarga de seleccionar la materia prima, hacer la destilación, embotellar y etiquetar.

Para conseguir los materiales, en un principio se acercó a las huertas de la municipalidad con el objetivo de “utilizar botánicos que crecen en la zona, sin agroquímicos”. Algunos como el eucalipto y cedrón los consiguió en la Estación Rosario Norte.  

De este modo, la propuesta de La Salvaje “además de ser un gin premium santafesino busca valorar los elementos de la zona”.

“Como productora busco hacer una red con la producción en la zona, con las personas que cultivan y hacer una propuesta fusionada con los bares para favorecer la economía local”, señaló.

Hoy en día es una de las productoras de la marca Mi Tierra Santa Fe y el producto se puede conseguir en la ciudad en vinerías, en el Mercado del Patio y en diferentes bares de Pichincha. Los precios varían alrededor de los $700, pudiendo combinar diferentes estilos: con gusto a madera, a cítrico o herbáceo.

Si bien todavía parece sorprender ver a una mujer dedicada a esta labor, lo cierto es que siempre tuvieron gran presencia y que la historia de la destilación está muy atravesada por ellas desde la antigüedad hasta el día de hoy.

Por ejemplo menciona a María La Judía o la Hebrea, considerada la primera mujer alquimista, sin la cual hoy no tendríamos el alambique. María no sólo es responsable de ese primer prototipo en el que luego se inspiraron los árabes para construir el que hoy todos conocemos y que se utiliza para destilar alcoholes, sino también de otros inventos fundamentales como la olla a presión y el baño maría.