Se paralizó la construcción en Rosario y su reactivación plena demandará meses

La limitación a cinco operarios hizo inviable la continuidad de las obras medianas y grandes. Incluso por más que se levante la medida llevará tiempo recuperar el ritmo

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Las severas restricciones sanitarias aplicadas desde hace diez días en el sur de Santa Fe paralizaron casi por completo a la construcción, uno de los pocos rubros que mejor se había recuperado de la crisis económica que agravó el coronavirus. Algunas desarrolladoras se piensan dos veces la conveniencia o no de retomar el trabajo con tan sólo cinco operarios, y todas advierten sobre los severos daños económicos que provocaría una prolongación de estas medidas.

En líneas generales, las empresas comprenden a las autoridades que deben limitar el flujo de personas para al menos desacelerar la tasa de contagios. Sin embargo también destacan que en la construcción no se produjo un sólo caso de coronavirus, y lo atribuyen al alto acatamiento a los protocolos establecidos. Además no encuentran explicación en por qué el Estado sí puede continuar sin restricciones con obras públicas no esenciales y ellos no, ni tampoco a qué se debe que las fábricas puedan seguir operando normalmente independientemente de la cantidad de gente con la que cuenten.

¿Por qué la obra pública no esencial y las fábricas en general pueden trabajar con mucha gente y la construcción privada sólo con cinco personas?"

“De todo el proceso de construcción, la obra permanece abierta un 95% del tiempo, con una ventilación muy importante, constante y continua, y recién se cierra al final. La mayoría de los trabajadores se maneja en vehículo particular, no comparte elementos de trabajo y ni siquiera se come dentro de la obra”, enumeró en diálogo con Ecos365 Gonzalo Espíndola, titular de Grupo 1 sobre las medidas adoptadas en la nueva normalidad, y que sin embargo no les sirvió para poder continuar con el esquema de trabajo vigente hasta el 4 de septiembre.

El mayor problema reside en que cinco operarios pueden ser suficientes para una obra chica, pero es una cantidad muy reducida para una mediana, e insignificante para una grande, que cuentan con sereno, capataz, especialista en higiene y seguridad, ahora un experto en coronavirus, un arquitecto y/o ingeniero, además de los operarios. Ni hablar si se tienen que realizar tareas con retroexcavadoras o trabajos en altura, donde el personal requerido es mucho mayor. “Normalmente tenemos entre 25 y 30 personas trabajando a la vez, por eso el límite de cinco hace que todo sea muy improductivo y hasta inviable”, dijo el también vicepresidente primero de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV). A eso se suman los límites horarios, ya que no se puede hacer ruido en determinados momentos del día, y a las 18 el trabajo debe finalizar porque empieza a escasear la luz solar.

Normalmente tenemos entre 25 y 30 personas trabajando a la vez, por eso el límite de cinco hace que todo sea muy improductivo y hasta inviable” (Gonzalo Espíndola de Grupo 1)

Otra cuestión que no escapa a las desarrolladoras es que las obras que pueden continuar sin problemas con cinco trabajadores suelen ser muy reducidas, por lo que la gente está amontonada. Además, cuentan con menor infraestructura y equipamiento para respetar todos los protocolos sanitarios. “El obrero que vive al día y ahora no puede trabajar por esta restricción, posiblemente tenga que salir a realizar alguna actividad informal, en la que muy difícilmente se cumpla con las mínimas condiciones sanitarias y de aislamiento”, señaló otro empresario -que pidió reserva- respecto a las contradicciones de las normativas.

“Hay que entender que no son sólo 14 días, porque se corta con la inercia y después lleva tiempo poner toda la estructura en marcha. La última vez que pasó esto estuvimos dos meses parados y recién al tercer mes recobramos plenamente la producción”, manifestó Roberto Broglia, de BBZ Construcciones, aclarando la importancia de proteger la vida, pero sin descuidar la economía. “Abrir para tener sólo a cinco personas te genera problemas internos, porque debés definir a quién le das trabajo y a quién no, te provoca un desastre administrativo a la hora de hacer las liquidaciones de salarios y lo que podés avanzar en la obra es mínimo”, graficó. Es por eso que algunas empresas optaron directamente por paralizar por completo las tareas.

La última vez que pasó esto estuvimos dos meses parados y recién al tercer mes recobramos plenamente la producción” (Roberto Broglia de BBZ)

Es que además reina la incertidumbre, y se desconoce si cumplidos los 14 días se decide prorrogar esta restricción. Lo que se da por descontado es que una vez que se levante la medida, llevará tiempo rearmar los equipos operativos, diagramar las tareas y volver al ruedo, y mucho más hacerlo a toda máquina.

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