SPAC: La nueva vedette de Wall Street

Acrónimo del inglés de “Compañía de propósito especial para adquisiciones”, este nuevo instrumento financiero causa furor en los EE. UU.

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En Wall Street, no suelen pasar muchos años antes de que un nuevo instrumento financiero surja entre los banqueros de inversión, se ponga de moda y cause polémica por doquier. Generalmente, de la mano de promesas de rentabilidad exacerbadas y supuesto bajo riesgo, estos productos generan atractivo al inversor por sus características novedosas y aparentemente redituables.

Años atrás, aparecieron en escena los famosos CDOs (Obligaciones de Deuda Colateralizada).Tristemente, en 2008 colapsaron,luego de la estrepitosa crisis hipotecaria del país del norte. Luego tuvieron su momento de gloria las notas estructuradas, instrumentos creados en la usina de los grandes bancos, con características muy peculiares, y una relación riesgo-retorno al menos cuestionable, pero con atractivo financiero.

Hoy en día, la nueva vedette del mercado norteamericano, junto con las opciones bursátiles, no es nada menos que la nueva herramienta financiera denominada SPAC: Special Purpose Acquisition Company. Concretamente, se trata de un vehículo de inversión que recauda fondos vía IPO (oferta pública inicial); pero,en vez de servir para financiar a una empresa que quiere cotizar públicamente, es para financiar la compra de una empresa privada por parte de un pool de inversores.

En los Estados Unidos, también se las denomina “Blank-Check Companies” o compañías cheque en blanco, y han atraído a inversores del calibre de Michael Klein(ex CEO de Citigroup) y William “Bill” Ackman (reconocido y mediático CEO de Pershing Square Capital, fondo de cobertura ubicado en Nueva York).

Mediando como gestores del capital reunido, estos célebres inversores capitalizan su “chapa” en el mundo financiero, y rentabilizan al por mayor, oportunidades de inversión dentro de la economía real de las grandes economías desarrolladas del mundo, llevándose jugosas comisiones en el camino, junto con los bancos que participan de las operaciones.

Más aún, no debe dejarse de lado que este tipo de instrumento contribuye enormemente a la llamada democratización de los mercados. Esto es así, ya que la estructura legal de los SPACs está diseñada de manera tal que el pequeño inversor tenga voz y voto a la hora de adquirir la empresa target, y aún más, retirarse del fondeo del proyecto si no le convence la propuesta votada por la mayoría, atributo que no comparte su versión europea.

Esta última característica es defendida por el inversor minorista, pero denostada por los gestores de capital, que hasta ultimo momento no saben realmente con cuanto capital van a contar, lo cual a la hora de competir contra gigantes de la banca de inversión como Blackstoneo KKR, se transforma en un factor determinante.

También es imperativo destacar que este tipo de activo le permite al inversor minorista acceder a un producto muy parecido a lo que sería denominado típicamente como una inversión en PrivateEquity. Históricamente, este género ha estado reservado a inversores institucionales o jugadores especializados en el sector, y con una gran performance en la última década, ha generado muchísimo atractivo a lo largo y ancho del mundo financiero.

Brevemente, las inversiones en private equity conllevan a locar capital en proyectos o empresas de la economía real, que no llegan a la escala de compañías públicas, pero si tienen un potencial de crecimiento enorme, ya que se encuentran en sus primeros estadios de crecimiento. Es por esto último que han estado en boca de todos en los últimos años; y gigantes del área como Softbank, han emergido como protagonistas en las noticias bursátiles. Basta recordar el último gran boom asociado al sector, de la mano de la fallida oferta pública inicial de WeWork, compañia financiada por el gigante asiático con sede en Tokio.

Claramente, este tipo de activos solo puede tener éxito en economías estables y con un mercado de capitales que tenga la profundidad suficiente para absorberlo. No en vano, y siguiendo al ejemplo norteamericano, la bolsa de Londres está estudiando incentivos para generar más oferta de SPACs.

Es que en un momento donde las economías de todo el mundo están sufriendo a causa de la pandemia, cualquier nueva fuente de financiamiento, genera valor y es recibida con los brazos abiertos. Quizás sea momento de empezar a pensar con esta misma lógica en nuestro querido país.

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