La crisis económica y el cansancio del home office dan nueva vida a los coworking

Algunas empresas y profesionales abandonaron sus oficinas por los altos costos y se trasladaron a estos espacios, que se reconviertieron con la pandemia

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En un principio, los coworking fueron uno de los sectores más afectados por la situación sanitaria. En aquel entonces, sonaba descabellado animarse a compartir un espacio de trabajo con desconocidos en el medio de una pandemia. Pero el armado de un estricto protocolo empezó a disipar temores, y la crisis económica que obligó a muchos profesionales y a empresas a dejar su oficina particular, potenció el interés por estos espacios. A ellos se sumaron luego freelancers y personas cansadas de trabajar desde casa después de tantos meses de encierro, necesitados de algún contacto personal o de tomar algo de aire de la familia. Si bien la demanda todavía está por debajo de los niveles prepandemia, en el sector son optimistas sobre el futuro.

“Los primeros meses fueron durísimos, con nada de actividad. En septiembre empezó algo de movimiento, pero octubre ya estuvo con más trabajo y en noviembre pensamos que habrá todavía más”, dijo a Ecos365 Julián, encargado del coworking La Brújula. Estos espacios, habitualmente copados por personas de rubros tecnológicos, pasaron a ser mucho más diversos. “Acá hay varias personas de distintos rubros: periodistas, gente de software, industriales. Hasta vino una chica que empezó a dar clases de yoga por Zoom”, aseveró. También flexibilizaron el lugar para facilitar la llegada de un emprendimiento de venta de productos sustentables. “Adaptamos una oficina para eso, que originalmente no estaba previsto, y así sumamos un nuevo cliente”, señaló.

Cambió la clientela

Es que la pandemia modificó también los habitué de los coworking. “Hay muchos que tienen familia y necesitan salir de la casa al menos 3 o 4 horas. Otros viven solos, pero en un espacio chico, y por ahí quieren salir un rato, ver gente o tal vez requieren de un lugar para recibir personas”, explicó. Es que entre los que sumaron a estos ámbitos como una alternativa válida se encuentran abogados, contadores, arquitectos, entre otros profesionales, que antes tenían una oficina propia, pero ante la drástica caída del trabajo, debieron abandonarla. “Mucha gente no pudo seguir solventando el gasto de la oficina y se sumó al coworking, que tiene tarifas mucho más accesibles, no requiere un costo de ingreso y aporta una gran flexibilidad”, manifestó Santiago, encargado de 1352 Espacios.

Su plan de coworking básico para un box en un espacio compartido, que incluye impuestos y servicios pagos, tres días de media jornada a elección e infusiones libres, sale $1.850 mas IVA. Para aquellos que requieren privacidad, se ofrecen oficinas que van desde los $30 a $35 mil más IVA, dependiendo de las dimensiones, si dispone o no de aire acondicionado, mobiliario, limpieza. Después se arman planes a medida, por un día, unas horas o un mes completo, con descuentos especiales para atraer a más interesados. En algunos casos se han armado membresías especiales, con acceso a conferencias, webinars, cursos y capacitaciones, además de otros beneficios.

Un estudio de WeWork y Brightspot Strategy encontró que la capacidad de reunirse y de generar ideas disminuyó un promedio del 11% para todos los oficinistas desde que se empezó a trabajar desde casa. La habilidad de mantener relaciones interpersonales descendió 17% y la capacidad de tener interacciones espontáneas cayó 25%"

“Como respuesta a las necesidades que detectamos, dada la situación económica generada por la pandemia en uno de los segmentos tradicionales del coworking, como son los emprendedores, startups y freelancers , modificamos nuestro esquema de soluciones, generando membresías más económicas para el segmento y dándole flexibilidad en el tiempo de uso, para que cada cual tenga justamente lo que necesita y pueda optimizar su tiempo de trabajo”, contaron a este medio desde La Maquinita Co, franquicia con presencia en Rosario, Córdoba, La Lucila, Vicente Lopez, Belgrano, Villa Crespo, Palermo Hollywood, Palermo Soho y el microcentro porteño.

Las empresas también se suman

Es que la pandemia en Rosario encendió un proceso -que ya estaba en marcha en otras métropolis- de migración de la oficina tradicional al coworking, al menos en algunos sectores. “El diferencial de estos espacios está en la posibilidad de trabajar cerca de tu casa, de tu vida, sin tener que hacer largos viajes y perder tiempo, y eso fue más aprovechado en este contexto”, dijeron desde La Maquinita y añadieron que a esto se sumaron las particularidades de la nueva normalidad. “La modalidad a la que se avanza no es la de home office u oficina a tiempo completo, sino que vamos a un equilibrio entre ambos. Los grupos de trabajo tienen la flexibilidad de rotar dentro del coworking, y utilizar las salas de reuniones de uso común, logrando ese equilibrio y optimizando sus costos también”, plantearon.

Un estudio de Ucema reveló que el 48% de los argentinos trabaja hasta dos horas más en su casa de las que lo hacía en la oficina, mientras que un 52% dijo tener problemas para separar los tiempos personales y laborales, algo que se ve agravado en el caso de las mujeres"

Para las empresas, no es necesario hacer un contrato, pueden llegar e irse cuando quieran, sólo pagan cuando usan el espacio y no tienen que encargarse de las tareas de mantenimiento, impuestos, entre otros gastos, cada vez más onerosos, sobre todo en momentos en los que la virtualidad hizo que el espacio físico fuera cada vez más prescindible. Valeria, de Wolco, sumó otro factor importante. “Hoy las sociedades duran mucho menos que antes. Por ahí funcionan un año, o hasta incluso algunos meses porque aprovechan un negocio puntual, y después se desarman”, planteó, de ahí que se busque un lugar más flexible para instalarse y levantar carpa rápidamente. “Después por ahí alguno de los ex socios de esa empresa vuelve con otra firma, y se instala nuevamente unos meses”, añadió.

“Hoy trabajás desde tu casa, un rato en la oficina, otro en un bar. Todo es más volátil en la actividad profesional y laboral. Antes tenías oficinas cerca de Tribunales sólo para abogados, oficinas en la city solo para agentes financieros. Hoy está todo más mezclado y es mas exprés. La gente cambia mucho de rubro, y eso le da otra dinámica al mercado. Por eso hoy tu producto se debe adaptar a lo que el cliente necesita, ya no sirve algo enlatado”, analizó. De hecho el espacio que maneja en Puerto Norte originalmente estaba pensado sólo para empresas de real estate, y ahora se abrió a todos los rubros y emprendimientos.

El futuro del coworking

“Para nosotros la pandemia servirá para que muchas empresas y profesionales terminen por digitalizarse, y vean que no hace falta estar en la oficina todo el tiempo. Pensamos que en un corto plazo, muchos trabajos se harán desde otro lugar, que pueden ser los coworking”, opinó Santiago de 1352 Espacios. “Estimamos que cuando todo esto pase el negocio se reactivará fuerte, más que antes dada la cantidad de rescisiones de contratos en oficinas por parte de muchas empresas y la necesidad de los emprendedores de salir, volver a su espacio de trabajo y retomar el networking, que es el gran generador de ideas y oportunidades que se da en nuestros espacios”, aportaron desde La Maquinita Co.

“Este encierro permitió también que la gente conociera más qué es el coworking. Además está la crisis económica que dejó la pandemia. De hecho ahora las empresas grandes están consultado porque prefieren pagar por tres días un coworking en vez de mensualmente una oficina. El año que viene, si se normaliza situación, el coworking van a estar más de moda en Rosario”, cerró Julián de La Brújula.

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