La inflación de los pobres, expresada por el Indec en la Canasta Básica Total (CBT), fue de 4,3% en febrero. Según el Indec, un trabajador necesitó en febrero un salario de $27.570 para que su familia tipo de cuatro integrantes no cayera debajo de la línea de pobreza, que se supone es propietaria de su vivienda.
Con todo, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) -que marca la línea de lo que necesita ganar en un mes una persona para no caer en la indigencia- llegó a $3.597. La CBT trepó hasta $8.922. Por lo que la inflación para los indigentes fue del 5,1%. Para una familia tipo de cuatro integrantes ese indicador llegó a $11.117.
Con una variación interanual para el IPC Nacional de 51,3%, las variaciones de la línea de pobreza e indigencia escalaron 57,2% y 59,1%, respectivamente.
Los datos sobre las líneas de indigencia y pobreza publicados ayer por el Indec exponen, por la suba registrada en los alimentos, el mayor impacto de la inflación en los sectores de menores ingresos.
Hoy el organismo estadístico publicará el índice de pobreza del segundo semestre del 2018. En el primero fue de 27,3%. Se prevé un fuerte deterioro, incluso algunas estimaciones proyectan que podría superar al último publicado durante 2015, de 30,1%.
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