El paquete de medidas para morigerar las consecuencias de la inflación quedó enredado entre las negociaciones con las empresas, las internas en Casa Rosada y acotado al escaso margen de maniobra que habilita el acuerdo rubricado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los industriales, supermercadistas y mayoristas de la región relevados por Ecos365 apuntaron que por ahora "son muchos ruidos y pocas nueces", sintetizó uno anoche en el cocktail de apertura que se realizó anoche en el marco de la Feria de la Alimentación (Fiar) en Posta 36. 

"Mirá, yo apoyo a este gobierno, pero por ahora el paquete no parece mucho más que una ampliación de los Precios Cuidados y un el relanzamiento de Ahora 12, pero ojo que si se buscan congelar los precios provocará desabastecimiento de productos", se sinceró. Y puso un ejemplo: "Quieren sumar un par de cortes de carnes, pero si su precio es muy bajo va a ocurrir que rápidamente te quedes sin ese corte, la gente te puteé y encima yo me quede con el resto de la vaca sin vender".

"Fijate lo que pasó con la leche. La historia dice que cuando vos ponés un cartelito que dice: solo dos productos por persona, se convierte en un llamador para que la gente lo compre aunque no lo tenía pensado llevar y ahí se genera el desabastecimiento", agregó el empresario con más de medio siglo en el sector.

El gerente de uno de las principales alimentarias nacionales consultados consideró que es inviable. "Nos acusan a nosotros pero el año pasado perdimos más de mil millones de pesos. ¿Qué hacemos si encima tenemos que congelar los precios en este contexto?, ¿quebramos?", se quejó. "Hasta ahora no escuché que los supermercadistas hayan perdido plata", disparó.

Desde la industria le apuntan a la distribución y de esta a la industria. "Ellos forman los precios, pero nadie se anima a tocarlos", respondió el responsable de compras de una cadena de supermercados rosarina.

Lo cierto es que los costos fijos y los precios de los productos se disparan, un golpe más a los bolsillos de los consumidores que no tienen actualmente forma de sortear hasta una creciente dispersión de los precios en las góndolas que, en Rosario, puede llegar hasta un 60% en alimentos de la canasta básica según la cadena de supermercado que se elija.