Guerra comercial: EE. UU. enfría los ánimos sobre una quita de aranceles, pero tampoco la descarta

El Ministerio de Comercio de China dijo ayer que había llegado a un entendimiento con Estados Unidos para quitar aranceles, pero Washington dice que dicho acuerdo no está cerrado todavía

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Todo el optimismo acumulado por el mercado durante el día de ayer se esfumó anoche, cuando el principal asesor económico del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el economista Peter Navarro, enfrió los ánimos en relación con una posible quita de aranceles mutua entre Washington y Pekín.

En una entrevista concedida a la cadena de televisión Fox, Navarro aseguró que no hay un acuerdo en estos momentos para eliminar ninguno de los aranceles intercambiados durante el último año y medio y que, en cualquier caso, dicha decisión recaería únicamente sobre Donald Trump.

Las palabras de Navarro no han hecho más que sembrar confusión en un mercado que descuenta desde hace meses la firma de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos, pero que no sabe a qué atenerse en cuanto al contenido del mismo, ni de cuándo verá la luz.

Las noticias de que las dos primeras potencias económicas del planeta estaban en disposición de rubricar un acuerdo de mínimos (‘Fase 1’) llenaron de optimismo al mercado a mediados de octubre, pero la falta de avances desde entonces no hace más que generar dudas y mucho hartazgo entre los inversores.

Sin embargo, en la mañana de ayer, el mercado recibió un nuevo soplo de optimismo tras las declaraciones del Ministerio de Comercio chino en las que avanzaba la existencia de un acuerdo para retirar recíprocamente los aranceles en las diferentes fases del acuerdo.

Las palabras del asesor comercial de Trump tiñen de rojo las bolsas de Asia y Europa

Con este renovado apetito por el riesgo, los inversores celebraron con compras las buenas nuevas durante toda la sesión europea y parte de la estadounidense, lo que llevó a los principales índices de Wall Street hasta nuevos máximos históricos.

Sin embargo, con el paso de las horas, el mercado comenzó a dudar de la noticia ante la ausencia de una confirmación desde la Casa Blanca, y las palabras de Navarro cayeron como un vaso de agua fría que ha teñido de rojo las principales bolsas de Asia y Europa.

Paralelamente, el mercado está teniendo que digerir a marchas forzadas todo un rosario de titulares en los medios de comunicación con rumores que apuntan en una dirección y en la contraria.

Los primeros teletipos que llegaron durante la sesión estadounidense corroboraban la versión dada por China y afirmaban que la fase 1 del acuerdo con China sí incluiría la quita de los primeros aranceles e incluso la mencionada cadena Fox, muy cercana al presidente Trump, apuntaba a que este acuerdo inicial podría estar redactado a finales de esta misma semana.

El mercado recibe informaciones contradictorias sobre el acuerdo comercial

Asimismo, otro de los grandes asesores económicos de Trump, como es Larry Kudlow, aseguraba que si se finalmente se materializa este primer paso Estados Unidos realizaría concesiones en materia arancelaria.

Sin embargo, la agencia de noticias Reuters citaba a fuentes de la Casa Blanca para asegura que esta opción, la de quitar aranceles de forma mutua con China, se habría encontrado con una “fiera oposición interna” dentro de la sede presidencial, lo que encajaría con la posterior declaración de Navarro, considerado como uno de los grandes halcones en materia de comercio exterior del entorno de Trump.

Así las cosas, todo parece indicar que, lejos de una pronta solución al conflicto, todavía queda mucha tela que cortar y que es muy difícil llegar a un entendimiento entre dos partes en las que la confianza mutua es prácticamente inexistente.

Parece que Estados Unidos quiere la quita de aranceles, pero busca sacar más con ello

En este sentido, y dado el desarrollo de los acontecimientos en las últimas horas, ausencia de comentarios en redes sociales de Trump incluidos, la opción más probable podría ser que Estados Unidos sí que esté interesado en eliminar la mayoría o al menos buena parte de los aranceles intercambiados con China, pero no en hacerlo como una condición más del propio acuerdo, sino sacándole más rédito.

Si lo incluyese como una clausula más del acuerdo o fuera concebido como un acto dentro del mismo, Estados Unidos solo recibiría a cambio la retirada de los aranceles impuestos por China –de una cuantía muy inferior-, sin embargo, optando por una aproximación más política, Trump no sólo podría usarlo como un arma electoral al venderlo como un gesto de buena voluntad, sino que podría incluso utilizarlo como un mecanismo de presión para asegurarse que China cumpla el acuerdo.

Algunas voces apuntan ya a que las intenciones de Estados Unidos podrían pasar por mantener algunos de estos gravámenes tras la firma del acuerdo y vincular su levantamiento a que Pekín cumpla determinados compromisos. Sin embargo, China siempre se ha mostrado muy reacia a aceptar este tipo de cláusulas que considera humillantes, ya que sería tanto como reconocer que su palabra en los acuerdos de este tipo no tiene credibilidad.

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