Guerra comercial: China y Estados Unidos retoman las conversaciones, con Pekín más reforzada

Las conversaciones de alto nivel se retomarán esta semana, pero fuentes citadas por Bloomberg apuntan a que Pekín no está dispuesta a negociar alguna de las peticiones clave de Washington

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China y Estados Unidos retomarán esta semana las negociaciones con la reunión más esperada de los últimos meses, en el que es uno de los encuentros que más se ha hecho de rogar desde que comenzase la disputa entre ambos bloques el año pasado.

Tras meses de amenazas e intercambio de medidas punitivas, Pekín y Washington intercambian ahora gestos de buena voluntad y palabras amables, al tiempo que se preparan el terreno para unas negociaciones que, no obstante, llegan en un punto muy similar al que provocó la última ruptura de las conversaciones: con la negativa de China a adoptar reformas de calado en su economía.

Según ha informado la agencia de noticias Bloomberg, el Gobierno chino no se muestra dispuesta a reabrir el debate sobre la posibilidad de que el gigante asiático acometa una remodelación de su actual política industrial o de los subsidios que concede a determinados sectores de actividad.

Al menos así lo ha advertido el viceprimer ministro del país, Liu He, que este mismo jueves se volverá a ver las caras con los representantes del Tesoro y de Comercio de Estados Unidos, Steven Mnuchin y Robert Lighthizer, respectivamente.

En estos últimos meses en los que los contactos entre ambas partes se han mantenido al mínimo, la posición negociadora de China fue perdiendo peso a medida que sus grandes magnitudes macroeconómicas hacían palpable que la guerra comercial estaba cobrándose un alto peaje en una economía que vende buena parte de lo que produce más allá de sus fronteras.

La economía de Estados Unidos, por su parte, mantenía un paso firme y parecía que estaba saliendo menos perjudicada de la disputa que su rival. Sin embargo, los acontecimientos han dado un vuelco bastante importante en las últimas semanas.

El ‘impeachment’ a Trump y el pinchazo de la industria debilitan la posición de Estados Unidos

La industria estadounidense, cuyos trabajadores junto con la población rural fueron los grandes apoyos que alzaron a Donald Trump a la presidencia del país, ha registrado su primer gran patinazo, con la publicación del peor índice de gestores de compras (PMI) de la última década.

De igual modo, cuando el controvertido mandatario había asumido que cada uno de los escándalos políticos registrados, lejos de hacerle daño, incluso reforzaban su popularidad, ha visto ahora cómo una controvertida llamada telefónica con su homólogo ucraniano le ha costado un procedimiento de ‘impeachment’ (juicio político).

El proceso de inhabilitación del presidente aún está todavía lejos de prosperar por el control mayoritario del Senado que ejerce el Partido Republicano, pero sí que parece estar presionando su figura más de lo que podría pensarse en un principio, a medida que las pruebas aportadas hasta el momento se empeñan en apuntar que su conducta al utilizar la política exterior del país en beneficio propio se podría catalogar al menos como cuestionable.

Estados Unidos tal vez podría acceder ahora al acuerdo de mínimos que propone China

Esta situación ha provocado que la situación negociadora de Estados Unidos, tanto desde el punto de visto económico como desde un punto de vista político, se haya visto muy debilitada, lo que podría acabar por empujar a Washington a aceptar un acuerdo de mínimos.

Aunque tanto el presidente Trump como su principal asesor económico, Peter Navarro, se han mostrado tajantemente en contra de alcanzar un entendimiento provisional, la situación sí que podría invitar a la Administración estadounidense a optar por una salida que poder vender como una victoria política antes sus votantes -especialmente entre los agricultores- y obtener un entendimiento económico que evite una mayor desaceleración económica.

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