La megafusión entre los frigoríficos brasileños Marfrig y BRF fue comunicada con bombos y platillos. Pero después de varias semanas de negociaciones ambas compañías anunciaron formalmente que no llegaron a un acuerdo. De esta manera se cayó una operación que crecrearía el cuarto grupo cárnico más grande del mundo.
La nueva compañía cárnica conjunta iba a alcanzar una facturación anual de alrededor de 19.000 millones de dólares, lo que la ubicaría como la segunda más grande de Brasil, apenas detrás de JBS y entre las líderes mundiales.
Estas dos empresas fueron noticia en la Argentina a comienzos de este año porque Marfrig compró parte de los activos que BRF puso a la venta en Argentina: el frigorífico Quickfood, conocido por las hamburguesas de marca Paty.
Esta operación fue de suma importancia en el mercado nacional porque también significó que BRF abandonó el negocio en Argentina y al mismo tiempo que ganaba mayor peso Marfrig en el mercado doméstico.
A fines de mayo pasado estas firmas habían establecido tres meses para avanzar con las negociaciones pero poco más de un mes después anunciaron que el proyecto no iba a concretarse.
Según trascendió en la prensa brasileña, el fracaso de la operación fue porque las empresas no alcanzaron un acuerdo respecto a la estructura en el directorio que comandaría a la nueva compañía surgida de la fusión.
Si BRF y Marfrig hubieran logrado fusionarse, los accionistas de la primer empresa tendrían el 84,98% del capital de la nueva empresa y los de Marfrig el 15,02% restante.
El actual valor de mercado de BRF es 5.750 millones de dólares, mientras que el de Marfrig es de 1.000 millones de dólares. Ambas firmas buscaban fusionarse no solo para potenciar sus unidades de negocios sino también para alivianar su alto nivel de endeudamiento.
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