Con ventas de combustible un 40% por debajo de los niveles prepandemia, aumentos que no alcanzan a cubrir las subas de costos y un panorama negro por las nuevas restricciones a la movilidad, las estaciones de servicio locales pasan por la etapa más complicada de los últimos años. El cobro de ATP le sirve a la mayoría para mantenerse a flote, pero hay muchas que quedaron afuera de la ayuda estatal. Quedarse con el mínimo stock y reponer lo indispensable es la estrategia para llegar a fin de mes.

“Si bien hubo una leve recuperación a mitad de año, hoy volvimos a caer y en ciudad estamos vendiendo un 60% de lo que comercializábamos en febrero”, manifestó Alberto Boz, presidente de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni). Aclaró que un poco mejor están algunas estaciones ubicadas en rutas que trabajan con el agro. “Ahí por la salida de granos para la cosecha están vendiendo un 75%, pero igualmente la merma existe”, agregó.

Ocurre que si bien formalmente las autoridades no hablan de un retroceso de fase, en la práctica lo es, porque se restringió fuertemente la circulación tanto dentro de las ciudades como entre localidades. “Hoy no existe el viaje a Buenos Aires, a Córdoba, ni siquiera podés entrar a muchas ciudades de Santa Fe. Todas las reuniones son por Zoom y el único movimiento que hay es el del transporte público”, enumeró y añadió que eso claramente golpea al sector que además debe hacer frente a un aumento paritario del 22%.

“El pedido no es descabellado, porque la inflación devora los salarios, pero se está vendiendo tan poco que no es sencillo afrontarlo”, explicó a Ecos365 y agregó que si no fuera porque el Gobierno se hace cargo de la mitad de los salarios vía ATP “deberíamos estar hablando de cierres y despidos, que hoy no se están dando”.

A nivel nacional calculan en $20.000 millones lo que perdieron las estaciones de servicio desde el inicio de la pandemia"

Respecto al régimen de ayuda estatal, remarcó que no todos lo están cobrando, porque para eso se debe demostrar una caída en el nivel de facturación respecto al año anterior, algo que en muchos casos no se registró por los constantes aumentos en el precio del combustible. “En nuestro caso el mes pasado no pudimos cobrarlo por esta razón y tuvimos que afrontar la totalidad del salario nosotros. No es que nos estamos recuperando, sino que la inflación hace más difícil cumplir con este requisito”, dijo por su parte Daniel Giribone, titular de la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines de Rosario (Cesgar). Sugirió que la comparación no sea por pesos sino por litros de combustible.

Frente a este panorama, a lo que están apelando es a achicar todo lo que puedan el capital de trabajo. “Bajamos el stock de los tanques bajo tierra. Una estación trabaja habitualmente con el 50% de la capacidad instalada, y ahora lo estamos haciendo al 20% o 30%”, graficó Boz. “Es una forma de no tener la plata inmovilizada, porque además sabemos que la gente no va a salir corriendo a llenar el tanque, como solía hacerlo antes de cada aumento. Eso parece cosa del pasado”, cerró Giribone.