El desafío de buscar empleo: No todo lo que se lee en Internet está bien

Columna de Opinión del Profesor Universitario Gerardo Bollini, abogado y profesional de Recursos Humanos con mas de 25 años de experiencia internacional en grandes empresas

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La búsqueda de empleo es una situación diferente para cada persona. Sencillamente porque todos somos diferentes. Poseemos diferentes personalidades, diferentes formas de actuar y distintas circunstancias nos rodean a la hora de llevar adelante la tarea de buscar trabajo.

Buscar ese primer empleo sin tener experiencia alguna; querer retornar a la vida laboral después de habernos dedicados a hacer crecer a nuestros hijos; haber sido desvinculado a los cuarenta y pico y embarcarnos en la “reinserción” laboral; o simplemente querer cambiar de trabajo son situaciones muy diferentes unas de otras (y hay muchas más). Ahora sumemos la personalidad de cada uno de nosotros y veremos claramente que no se puede generalizar y decir: “Yo tengo la receta para que encuentres tu empleo”.

¿Por qué es importante tener en cuenta estas afirmaciones a la hora de hablar de la búsqueda de empleo?

Internet está plagado de información totalmente desordenada.

Y además en muchos casos, de dudosa autoría. Cualquier persona puede escribir un blog y dar recomendaciones. Incluso puede crear un negocio con las herramientas digitales que existen hoy y dedicarse a brindar servicios conectados a la búsqueda de trabajo. Sí, “cualquier persona puede hacerlo”.

¿Como se conecta esa afirmación con la realidad de cada una de las personas que buscan un trabajo?

Me atrevería a decir que, un alto porcentaje de las personas que quieren buscar empleo, lo primero que hacen es sentarse frente a una computadora o sencillamente con su teléfono celular, utilizando cualquier buscador, “escriben como buscar trabajo” (o alguna frase similar), pensando que obtendrán la receta mágica que les hará encontrar el trabajo de sus sueños.


Luego de un rato de visitar unas cuantas páginas de internet con “tips”, “consejos”, “recomendaciones” y recetas de la diversidad que se les ocurra, tendrán un montón de información acumulada, pero dudo, que lleguen a tener la técnica exacta de cómo encontrar ese tan ansiado puesto de trabajo.

Asimismo, muchas de las recomendaciones encontradas en las distintas páginas de internet, que no son analizadas en profundidad o evaluadas bajo la lupa de alguien que conoce el tema y luego se viralizan, pueden derivar en algo no deseado. Algo que quizás en su idea original era ayudar, puede terminar perjudicando a los candidatos.  Por ejemplo: las sugerencias que hacen referencia a cómo “pasar” un determinado TEST de personalidad, o las que indican como responder a determinadas preguntas. Si te preguntan “esto” debes responder “aquello”. Como si del otro lado no hubiera alguien capaz de detectar que las respuestas han sido previamente preparadas. Esos son salvavidas de plomo en la mayoría de los casos.

Entonces ¿qué deberíamos entender por buscar empleo?

Pues bien, BUSCAR no es sinónimo de “googlear”. De hecho, el término googlear no existe en el diccionario de la Real Academia Española. Quizás en un futuro no muy lejano la R.A.E. lo incluya como válido, pero por ahora solo forma parte del idioma callejero.

Diccionario R.A.E. “buscar”

1. Hacer algo para hallar a alguien o algo. 

2. Hacer lo necesario para conseguir algo. 

3. Hacer lo necesario para que ocurra algo. 

Vemos algo interesante la acción de hacer algo.

Si analizamos y lo conectamos con el empleo, sería algo así como: Hacer lo necesario para conseguir empleo, hacer lo necesario para que me contraten, hacer algo para que alguien pueda hallarme.

Esa acción es una acción física, un “hacer” que representa un movimiento. Tenemos que movernos al encuentro del empleo.

Si frente a la pregunta de: ¿”cómo estas buscando trabajo”? tu respuesta se asemeja a: “mando mails todo el día”; “me postulo en todos los portales de empleo”; “me cansé de buscar en internet”; lamento decirte que eso no es buscar. Y ni hablar de colocar en el perfil laboral de la red social laboral más conocida, “en búsqueda laboral activa”.

Hay que “salir al encuentro del empleo”.

No se trata de hacernos visibles sólo digitalmente, aunque esto sea una herramienta muy útil a la hora de buscar empleo. Hay que darnos a conocer, que es algo mucho más comprensivo.

Al analizar los datos de las publicaciones oficiales y privadas de empleo y contrastarlos con los puestos de trabajo del mercado laboral surgen ciertas estimaciones: aproximadamente 7 de cada 10 puestos no son publicados.

Así como quien busca empleo, tiene que iniciar una acción, el que busca un empleado hace lo mismo. No alcanzará con publicarlo en un portal de empleo, necesitará dedicarle un tiempo y determinados recursos para lograr el cometido de contratar al talento adecuado.

No todas las empresas tienen un departamento de Recursos Humanos ni pueden contratar el servicio de reclutamiento. Si consideramos que una ciudad como ROSARIO, es en su mayor parte es una ciudad de empresas PYMES, entenderemos mejor esta situación.

Lo primero que pasa por la mente del pequeño y mediano empresario es ver como “ahorrar” tiempo y esfuerzo ya que no le sobran. De ahí que su primera fuente de reclutamiento sea el de la “Recomendación” de personas de confianza.

El empresario, “saldrá” a la búsqueda del talento consultando a quienes estén en su círculo de confianza, compartiendo su necesidad, estará atento en primer término a aquellos candidatos que lleguen con una referencia, luego a quienes sin ser recomendados hayan al menos sido presentados por algún conocido y después, buscará en forma abierta o pública nuevos candidatos.

Por lo tanto, hacer clicks solo te conecta con una mínima parte del mundo laboral.

Ir al encuentro del empleo, es conectar con quien está buscando. Es cruzarse en su camino.

Claramente buscar trabajo requiere mucho más que googlear.

Por eso, una buena reformulación de la planificación para buscar trabajo será, dejar de pensar solo en los medios digitales y partir de una pregunta distinta a ¿Cómo buscar empleo?

Deberíamos preguntarnos: ¿Qué hay que hacer para que alguien que no publica la búsqueda me encuentre? O, ¿Cómo lograr que quien busca un empleado, sepa que yo estoy buscando ese trabajo?

Si nosotros preguntáramos a nuestros abuelos, padres o cualquier familiar mayor como fue que encontraron su primer empleo, seguramente su respuesta sería que lo lograron a partir de alguien cercano al círculo de confianza familiar o de amistad o de “relaciones”.

Eso, no ha cambiado. Internet solo nos hace más visibles a terceros. Nos hace más cercanos a esas 3 de cada 10 búsquedas que se hacen públicas.  Es decir, solo a una pequeña porción de la torta del mundo laboral.

Planificar la acción.

El ser humanos en la casi totalidad de los casos, nace en una familia y se desarrolla en comunidades de menor o mayor tamaño.

El mundo del trabajo es parte de esas comunidades. Cuantas más relaciones laborales tengo, mas me conocen en la comunidad laboral.

Debemos pues, planificar acciones concretas para formar parte del círculo de confianza de posibles futuros empleadores. Tanto si es un primer empleo, como si es un cambio o con cualquier circunstancia que forme parte de mi momento actual. La edad, la experiencia o la formación son parte de esas circunstancias.

La familia, el club, las asociaciones, los asados, las vacaciones, y cualquier otro lugar o ambiente donde podamos contar o darnos a conocer son la fuente primaria de engrandecimiento del círculo de las relaciones.

De ahí que cuando se analizan los diferentes estados de ánimo por los que pasan quienes buscan trabajo, los psicólogos descubren el impacto que tiene en cada uno de ellos el paso del tiempo y las frustraciones individuales por la no obtención de un puesto laboral. Así, la primera recomendación que se da es no encerrarse, no dejar de hacer la vida que se llevaba antes de no tener trabajo y seguir con la vida social “activa”.

Hacer, buscar, salir al encuentro, activar, son todos términos que requieren no estar sentado esperando que las cosas pasen.

Hay que matar al ratón. El mouse de la computadora, o más modernamente, el celular, no debe ser el medio único y exclusivo que nos conecte con el mundo laboral.

Nuestra agenda para la acción debe contener al menos 2 o 3 horas por día, de espacios o momentos para darnos a conocer.

Nuestro círculo de relaciones debe crecer y tenemos que aprovecharlo.

* Autor: Gerardo Bollini es abogado, profesor Universitario, asesor de carrera laboral y profesional de Recursos Humanos con más de 25 años de experiencia internacional en grandes empresas.

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