El Polo Tecnológico cumplió 20 años y apunta a internacionalizar a todas sus empresas

Su titular, Juan Pablo Manson, hizo un balance del camino recorrido por la entidad, adelantó algunas novedades y planteó los desafíos que se vienen

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El Polo Tecnológico de Rosario cumplió esta semana 20 años, y lo que empezó como el sueño de unir al aparato productivo, académico y estatal, logró materializarse en una institución de la que hoy forman parte más de un centenar de compañías líderes en su rubro. Ecos365 entrevistó en forma exclusiva a su presidente, Juan Pablo Manson, quien hizo un balance sobre este camino recorrido y planteó los desafíos pendientes. “Queremos que todas las empresas del Polo sean globales”, afirmó.

- ¿Cuál es el balance general sobre los primeros 20 años del Polo Tecnológico de Rosario?

- La institución surgió en el 2000 como una osadía, una iniciativa de tres empresas que junto a Municipalidad de Rosario, Provincia, Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Universidad Tecnológica Nacional (UTN) decidieron iniciar esta asociación civil. A lo largo de estos 20 años se fueron sumando mas empresas de la ciudad y región, y hoy son más de 100. A la par fueron creciendo las actividades, proyectos asociativos y todo lo que acompaña a un aumento de la masa crítica de empresas. Creo que el proceso de certificación de calidad de software que hicimos entre 2003 y 2004 fue un click, porque muchas empresas vieron que, más allá de competir, podían hacer cosas en conjunto y potenciarse mutuamente.

- ¿Cuál es la relevancia institucional que se logró en este tiempo para el sector tecnológico?

- Al tener al Estado, al sector productivo y a la academia en una misma mesa de discusión se pudieron empezar a plantear cosas de mediano y largo plazo, analizar qué queremos para el sector, cómo queremos que se desarrolle productivamente Rosario. Elevamos el nivel de conversación para conseguir cosas más trascendentes que si hubiésemos sido sólo una entidad gremial empresaria, que suelen estar más enfocadas en la coyuntura, que tampoco está mal, pero por ahí dejan de lado temas de fondo.

- ¿Cuál fue el impacto de la cuarentena en las empresas tecnológicas?

- Las primeras medidas de aislamiento, al igual que en todos los sectores, provocaron un parate total, porque de un día para el otro tuvimos que entender que no se podía entrar a la empresa, y hubo que reorganizarse para ver cómo seguíamos adelante. Las tecnológicas tenemos la ventaja de que las herramientas digitales nos son familiares, y rápidamente articulamos con videoconferencia y chats para coordinar el equipo de forma online y realizar el trabajo de forma colaborativa. A los 30 días la mayoría ya podía trabajar casi con normalidad, más allá de que alguna por ahí se vio afectada porque por su rubro requería de alguna instancia presencial. Es cierto que en el medio hubo algunos cortes en la cadena de pagos, y empresas ligadas a sectores complicados como el turismo se vieron muy afectadas, pero la mayoría no tuvo problemas.

Espacio Maker del Polo Tecnológico de Rosario
Espacio Maker del Polo Tecnológico de Rosario

El levantamiento de la Zona i fue uno de los principales hitos en la historia del Polo Tecnológico, y lamentablemente por la pandemia no se pudieron aprovechar los últimos espacios que se hicieron.

- Las empresas allí instaladas se acomodaron a la cuestión remota, aunque algunas consideradas esenciales por prestar servicios de energía o telecomunicaciones siguieron trabajando presencialmente, con personal reducido. Habíamos avanzado con la construcción del espacio maker, un coworking, un SUM con capacidad para 300 que todavía no pudimos explotar. Igualmente el espacio maker pudimos aprovecharlo para fabricar máscaras de protección a pedido de la Municipalidad, ya que faltaban en hospitales. Hicimos unas 2000 gracias a voluntarios y empresas que donaron el material. Aportamos nuestro granito de arena ante toda esta situación al donarlas.

- ¿Piensan en nuevos desarrollos para la Zona i?

- La Zona i tiene que ver con innovación, resulta ser un lugar de encuentro para eso, y si bien falta mucho por hacer, ya es muy importante el hecho de tener un espacio físico en la ciudad que referencie la innovación y la tecnología, que permite escuchar a expertos en la temática para que las empresas hagan sinergia entre sí, y que posibilita que visitantes del exterior se pongan en contacto con la matriz productiva y tecnológica de la ciudad. Contar con un anclaje físico tiene mucha relevancia, porque pese a estar en una era donde lo virtual es preponderante, desde que contamos con este espacio hemos visto cómo las actividades se vieron incrementadas exponencialmente. En cuanto a nuevos proyectos, el ex Batallon 121 cuenta con más de 30 hectáreas, de las cuales el Polo administra cinco. Allí se pusieron en valor dos edificios para el espacio maker y dos naves donde hay cerca de 30 empresas. Quedan algunos edificios que son de valor histórico que se pueden restaurar. Uno de ellos permitiría alojar a 20 empresas, y en el otro podría instalarse el sector científico, las universidades, un centro de investigación, el Conicet. Todo esto está sujeto a inversiones públicas y privadas. Siempre hay empresas interesadas preguntando cuándo se libera un espacio. También debe haber una decisión política de la Provincia, que es la dueña del terreno, para avanzar en ese sentido. El deseo es seguir creciendo, ocupando esos espacios, y si todo sigue evolucionando, podríamos hacer un edificio de cero, porque espacio hay.

SUM del Polo tecnológico
SUM del Polo tecnológico

- ¿Cuántas empresas hoy forman parte del Polo y cuáles son los principales rubros?

- Hoy tenemos 106 empresas, y estamos abiertos a que se puedan sumar emprendedores incluso unipersonales, más allá de las empresas consolidadas. Hay unas 600 personas trabajando en forma directa en la Zona i y 3500 entre todas las compañías del Polo. Los principales rubros son el software y la biotecnología, con jugadores grandes como Bioceres, Terragene, Laboratorio Cibic, y Wiener Lab, entre otros. También tenemos telecomunicaciones, seguridad, ingeniería, automatización industrial. Lo interesante es que muchas empresas empiezan a sumar tecnología, o esta pasa a ser el eje central, la plataforma de sostén del modelo de negocio, y así aparecen firmas que originalmente no fueron pensadas como tecnológicas, pero que a raíz de estos cambios, empiezan a serlo. Por ejemplo las de agro con las agtech, o los bancos con las las fintech. El límite de qué es una empresa tecnológica y que no lo es cada vez se vuelve más gris. Está claro que la tecnología está transformando de forma acelerada a muchas empresas, y vamos a ver más tecnología en sectores en los que no estamos tan acostumbrados.

- Siempre se habló de la posibilidad de la llegada de una multinacional importante que empleara a mucha gente. ¿Hay algo de eso?

- Accenture, IBM, Neoris y otras firmas grandes son socias del Polo, puede ser que en un futuro se interesen en instalarse en la Zona i, por ahora no hay nada de eso. Nosotros lo que siempre tratamos es de proteger a los más chicos, que esa empresa grande se pueda meter en el ecosistema y sea un motor de crecimiento de otras empresas, pero que no busque sacarle el personal a las más chicas que no pueden competir con ellas. Nuestra tarea es procurar el bien de todos, no somos enemigos de ninguna empresa grande, pero queremos proteger a las pymes locales.

Espacio de coworking
Espacio de coworking

- ¿Cómo están hoy en cuanto a sostenimiento de personal y exportación?

Despidos no hubo pese a la pandemia, incluso algunas empresas contrataron personal porque hubo mayor demanda en energía, e-commerce, telecomunicaciones, entre otros rubros esenciales, aunque está claro que no fueron tantas por el contexto. Muchas empresas que exportaban se vieron perjudicadas, porque si bien el valor del dólar puede ser un atractivo, la demanda del exterior cayó por la crisis global. Así y todo, tenemos 30% de empresas que están vendiendo de forma constante al exterior, ya internacionalizadas. Otro 30% lo hace esporádicamente, con cosas puntuales, y el resto nunca exportó. Ahí es donde estamos trabajando, porque queremos que todas las firmas del Polo puedan hacerse globales. Lo que más se exporta son servicios de software, proyectos llave en mano, cosas puntuales, no tanto productos, sino más servicios de desarrollo de sistema o licencias.

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