Dos mujeres retomaron una vieja técnica de impresión y lanzaron su propio taller

Se trata de Capitana, el taller de risografía y prensa tipográfica, que da sus primeros pasos en el mundo editorial y aporta diseño y una estética actual a la impresión

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Capitana es el taller de impresión que hace dos años decidió revivir las técnicas de risografía y prensa tipográfica antigua. Fue fundado por Victoria Gómez Hernández y Cristina Rosenberg, una estudiante de Ciencia Política y la otra diseñadora gráfica. Actualmente se encuentran trabajando en el sector editorial y con impresiones a pedido. “Estamos tendiendo vínculos con editoriales hermosas como Libros Silvestres o Casagrande, que ya son amigas de la casa”, cuenta Victoria.

Las jóvenes trabajan con dos técnicas de impresión y grabado con las que, aseguran, “nadie más trabaja en la ciudad”, y consideran que ese es uno de los puntos fuertes para sus ventas. “Recuperamos dos técnicas de impresión que fueron desplazadas por el mercado y la impresión láser”, afirmó Victoria y destacó: “A eso le aportamos diseño y un perfil que se aggiorna a la estética actual”. Como ejemplo menciona la tinta flúor, los diseños modernos y los materiales que se usan en lo cotidiano. “Al ser las únicas en ofrecer esto nos basta para tener la suficiente demanda y mantenernos en pie”, dijo.  

Además, Victoria señala que, si bien el sector es pequeño y es “un esfuerzo meterse en el mundillo”, hay un interés por los productos que proponen desde Capitana, desde el rubro de la ilustración, el diseño, los fanzines y las publicaciones independientes.

“Si bien hay una tendencia a nivel mundial de recuperar la risografía, nosotras logramos llegar a ese público al que le es de interés en la ciudad. Una vez que entramos, se abrió un circuito de contagio”, destacó.

Para ellas es importante señalar que el emprendimiento no está pensado en términos de prestadores de servicios para un cliente, sino como una “articulación de proyectos comunes”. Un ejemplo sería el trabajo con la editorial Libro Silvestre, donde en la última Feria del Libro se encargaron de la dirección de arte y la impresión. “Estamos en contacto con otros proyectos y colectivos que nos buscan para pensar las cosas en conjunto”, afirmó.

“El taller surgió de algunas crisis laborales por no encontrar trabajos que nos contengan, con otras perspectivas y pensando vínculos de otra forma”, señaló la emprendedora. 

La propuesta para llevar adelante el emprendimiento empezó a cobrar forma luego del Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en la ciudad de Rosario, ya que motivó su deseo de publicar. Iniciaron con dos máquinas: una duplicadora de risografía y una prensa tipográfica antigua, técnicas consideradas “obsoletas”, que las emprendedoras decidieron revivir. 

“Capitana es la síntesis de nuestra amistad, el feminismo y nuestras profesiones”, señala Victoria. “Es un nombre profundamente feminista porque tiene que ver con la forma en que concebimos nuestro trabajo; nos consideramos eso, capitanas”, explicó.

En cuanto a la situación económica, la emprendedora considera que el rubro gráfico está “bastante golpeado” en el contexto económico actual. Una de las principales causas es que el precio del papel se encuentra atado al dólar y su compra es difícil de afrontar. “Muchos proveedores no están trayendo los papeles que solíamos usar, tenemos que buscar alternativas”, cuenta Victoria, y advierte: “Eso desgasta a los emprendimientos independientes. Veníamos en una curva de crecimiento y ahora estamos en un período de resistencia”.

Finalmente, Victoria destaca: “Para nosotras es fundamental pensar nuestro trabajo en red con otros actores de la ciudad, tendiendo vínculos con otras editoriales y generando cuestiones colectivas de feminismo gráfico”. En ese sentido, Capitana participa de la “Cuadrilla Feminista”, un colectivo de activismo gráfico de 18 mujeres (artistas, trabajadoras gráficas y diseñadoras) cuyo objetivo es la militancia feminista a través de publicaciones que contagien, transmitan ideas y prácticas feministas, tanto en la calle como en las redes.

Desde Capitana expresan que el taller surgió “desde y para el feminismo”; y que su intención no es lucrar con una consigna, sino pensar el trabajo desde una perspectiva, como un contagio permanente y con las transformaciones que trae aparejadas.

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