Distorsión de precios: un kilo de helado llega a costar el doble que uno de carne

El contexto inflacionario, sumado a la expectativa de mayores aumentos, generan diferencias fuertes en los precios relativos, incluso por fuera de sus propios sustitutos

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En un contexto inflacionario prolongado, la aceleración del costo de muchos alimentos, sumado a la expectativa de mayores aumentos, generaron distorsiones fuertes en los precios relativos, incluso por fuera de sus propios sustitutos. 

Desde el mercado ganadero Rosgan y la consultora Big River, estimaron que 1kg de helado puede llegar a costar el doble que 1kg de carne. Las entidades compararon que un kilo de helado artesanal ronda los $ 500, mientras que el valor promedio de la carne vacuna se ubica en $270 por kilo, según el último relevamiento de precios del IPCVA en GBA, Córdoba y Rosario. 

Del mismo modo, un kilo de pescado –tomando como referencia uno de los más consumidos localmente como la merluza- cuesta igual que varios cortes vacunos, $290 por kilo. De este modo, los precios además de aumentar también pierden su referencia. 

La diferencia no solo reside en el precio, -apuntó el informe-, sino en el tiempo de producción o elaboración que demanda cada producto y el tiempo de inmovilización del capital invertido.

Al respecto, el informe de Rosgan destaca que la elaboración de helado artesanal, al igual que la pasta fresca demanda menos de un día. El queso fresco, como otro ejemplo, puede insumir en promedio una semana de elaboración, considerando su escaso tiempo de estacionamiento.

Sin embargo, obtener un kilo de carne vacuna lleva meses. Si se toma la categoría que se usa para el consumo doméstico solamente su proceso de engorde demanda unos 120 días, más otros 7 días aproximadamente mientras que pasa por la faena hasta que el corte de carne pueda estar dispuesto sobre el mostrador. Esto último, sin considerar el tiempo que demanda producir ese ternero que ingresa a engorde. El tiempo completo redondearía en 2 años. 

Desde Rosgan y Big River analizan que el establecimiento de precios, especialmente en alimentos, se define más por expectativas que por costos reales. "Siendo el terreno de las expectativas puramente subjetivo, de allí el origen de las distorsiones", señalaron.

El caso particular del sector ganadero tiene una flexibilidad en su producción de un punto intermedio, en función de los márgenes que ofrezca el negocio. 

Tras las elecciones primarias de agosto, la gran incertidumbre que se generó en el mercado respecto del devenir del tipo de cambio, hizo que la oferta de hacienda en Liniers cayera más de un 20%, lo que suscitó un aumento general de todas las categorías en torno al 18% semanal. Sin embargo, esa restricción de oferta no pudo sostenerse en el tiempo y ni bien volvió a aparecer los precios comenzaron a corregir.

Desde Rosgan y Big River analizan que probablemente el precio de la hacienda en términos reales termine ajustando a medida que se recomponga el nivel de oferta y la demanda se tranquilice nuevamente. 

Sin embargo, consideran que continuará el clima de incertidumbre ya que "no hay plan económico que pueda corregir estas distorsiones de manera inmediata". "Las expectativas del mercado juegan muy fuerte y sumamente asociadas al nivel de confianza que puedan generar las políticas económicas adoptadas", finalizaron. 

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