Inteligencia emocional y equilibrio mental serán las dos grandes destrezas con las que deberá contar todo trabajador de ahora en más, según la opinión de Yuval Harari. De acuerdo al reputado historiador y filósofo de moda, las denominadas habilidades blandas irán ganando protagonismo frente a las competencias duras, incorporadas en las tradicionales carreras universitarias. Y es que nadie sabe a ciencia cierta cómo será el trabajo del mañana, pero en lo que hay coincidencia es en que la pandemia aceleró transformaciones en marcha desde hace tiempo, y las que se vienen serán todavía más vertiginosas. Por eso la flexibilidad ante los cambios, el orden, la creatividad, la buena comunicación, la capacidad de desaprender y a aprender todo el tiempo, de trabajar colaborativamente, la empatía y tolerancia hacia los demás pasaron a ser atributos clave en buena parte de los empleos. Y las empresas que reactivaron las búsquedas de personal los tienen más en cuenta que nunca.

Contexto

Los 3,7 millones de puestos de trabajo que se perdieron en el país durante el segundo trimestre muestran con crudeza el estado de la economía y del mercado laboral. Y lo que no dicen esos datos es la pauperización de muchos que todavía conservan el trabajo, pero en condiciones precarias o directamente de manera informal. Pero más allá de este triste cuadro, empezaron a darse otros fenómenos. "Las primeras búsquedas que se reactivaron fueron las de los perfiles de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, todo lo que tiene que ver con la economía del conocimiento que tiene gran demanda", señaló Maximiliano Schellhas, director general de Staffing de la consultora de recursos humanos Randstad. Pero a esas búsquedas se les sumaron otras de gran demanda durante la pandemia, como las de personal especializado en e-commerce, delivery y logísica. "Hubo una importante migración de la gastronomía, el turismo y la industria no esencial a estos sectores, que tuvieron mayor demanda y también necesitaron reemplazar a personal de licencia", explicó a Ecos365.

Paralelamente, Schellhas resaltó otras dos cuestiones novedosas. Por un lado, que muchas compañías que requirieron personal prefirieron contratarlo de forma temporal, por temor a un agravamiento de la situación económica y atendiendo a la imposibilidad de despedir. Por el otro, apareció la solidaridad entre las empresas, con acuerdos entre directivos para que aquella con más trabajo tomara temporalmente a los trabajadores de la que estaba más complicada. Los casos más resonantes fueron los de General Motors cediendo empleados a Unilever y Mc Donald' se haciendo lo propio con Mercado Libre. "Fue algo inédito pero que mostró un mayor compromiso de la sociedad y de los empresarios para cuidar los puestos de trabajo a través de una herramienta novedosa, y en el marco de una crisis muy severa", reflexionó.

Más habilidades blandas

Pero si el coronavirus obligó a innovaciones en materia de empleo, también llevó a ponderar otros aspectos antes considerados secundarios. "Así como el conocimiento y las cualificaciones siguen siendo valorados por las empresas, hoy las cuestiones blandas son muy tenidas en cuenta", afirmó Schellhas y mencionó entre las primordiales a la adaptabilidad, el trabajo en equipo, la colaboración dentro y fuera de la empresa, la resiliencia y la inteligencia emocional para saber combinar oficina y casa a la vez. "Hoy las compañías tienen más en cuenta que nunca el triple impacto: la subsistencia económica, pero también la ayuda en lo social (porque si la sociedad no mejora, la empresa se verá perjudicada) y el cuidado del medio ambiente, mucho más después del coronavirus", apuntó.

Sandra Bruno, directora de RRHH de Crowe Horwath, coincidió en el análisis. “El trabajo colaborativo será uno de los ejes, la habilidad para actuar con la incertidumbre otro, la flexibilidad va a ser la característica fundamental durante mucho tiempo", distinguió en diálogo con Ecos365. Pero a su vez sumó otros valores cada vez más presentes: la equidad de género y la sustentabilidad. "En lo público se avanzó mucho en estos aspectos y en el sector privado empiezan a despegar, porque además es algo muy valorado por los jóvenes, que quieren trabajar en empresas que tengan en cuenta la diversidad, la equidad de género y que sean sustentables", manifestó.

“De esta pandemia salimos con conocimiento, colaboración y coconstrucción. Habrá que armar algo nuevo y mejor entre todos, y para eso la resiliencia resulta imprescindible, porque no será viable reconstruir lo mismo que teníamos antes. Lo mismo se verá en la forma de trabajo, creo que no será 100% presencial ni 100% virtual, sino que habrá un mix, en el que primará la empatía con el otro, el adaptarse también a lo que cada uno y la organización requiera”, planteó.

Retención de talentos

Una problemática cada vez más grande, sobre todo en sectores IT, es la retención de talentos. Hay puestos con alta demanda, baja oferta de trabajadores y mucha rotación. De acuerdo a estudios nacionales, la misma ronda el 30% anual en el sector informático, lo que afecta la productividad de las empresas, que incluso compiten ya no con otras firmas locales o nacionales, sino también con internacionales que aprovechan el trabajo remoto y la constante devaluación del peso argentino. “Nosotros vemos que es algo que lo sufren más las firmas medianas y grandes, porque las pymes tienen otra filosofía, más cercana al trabajador y tranquila respecto a las exigencias, por lo que suelen retener más a los trabajadores”, planteó Juan Pablo Manson, presidente del Polo Tecnológico de Rosario.

Ignacio Sanceovich, de Tecso, señaló que hay cargos como el del científico en datos, experto en experiencia de usuario, desarrolladores full stack, especialista en inteligencia artificial, industria 4.0 y automatización que están en auge, con muy poco personal capacitado, y por ende muy disputados entre las compañías. Además, en muchos casos son las propias empresas las que forman a estos profesionales, lo que lleva tiempo y dinero, por eso perderlo a manos de la competencia constituye un golpe mucho más severo.

De acuerdo al último informe Randstad Employer Brand Research, más allá de que contar con buen salario es clave en la elección de un empleo, un buen clima de trabajo es algo cada vez más valorado por los argentinos. Además, con la pandemia creció para los trabajadores la importancia de disponer de mayor seguridad laboral y flexibilidad de horarios. Otro aspecto muy tenido en cuenta es el de la formación y el desarrollo profesional. Y también, sobre todo en los más jóvenes, la cultura y los valores de la organización.

“El talento será el activo principal de las organizaciones para enfrentar los desafíos del día después de la pandemia. Con eso en mente, la gestión de la marca empleadora en las compañías tiene que tener en cuenta la sensibilidad del momento. Ya sea que necesiten contratar rápidamente, enfrentar una reducción de su dotación o algo intermedio, mantener sus valores y sus promesas de marca, de manera transparente y honesta, será clave para administrar su reputación en momentos de incertidumbre”, indica el informe de la consultora.