En el año 2020 el 60% de los seres humanos vivirán en las ciudades y esta población a su vez, estará conectada por el IoT o "Internet de la Cosas" que se calcula, tendrá para ese año cerca de 50 millones dispositivos conectados.

Muchos de los objetos cotidianos con los que convivimos (smartphones, heladeras, TV, autos, etc.) han cobrado vida en la actualidad. El IoT nos permitirá personalizar esos dispositivos, cosas u objetos cotidianos, para que le demos el uso que a nosotros nos interese y nos aumente el bienestar.

Asimismo, la IoT nos permitirá procesar en tiempo real los datos que nos ofrecen estos dispositivos conectados a internet y, con éstos tener la posibilidad de adelantarnos a las necesidades de los usuarios.

¿Qué significa esto en términos de la vida cotidiana?

Con esa perspectiva casi de ficción que le espera a los residentes en las zonas urbanas, son muchos los aspectos del IoT que impactarán la cotidianidad de las personas, sus trabajos, las industrias.

Con la misión de recoger, enviar y recibir datos, y mirando hacia las aplicaciones iniciales de esta tecnología, el impacto primario del IoT se dará, al contrario de lo que pueda pensarse, en las industrias y no en los hogares ya que, como es obvio, los productos usados en los hogares y la cotidianidad, son el resultado de largos procesos de innovación en manos de la industria, inicialmente de electrodomésticos.

Industrias. En las industrias, la implementación práctica del IoT se podrá empezar a ver desde los sistemas de almacenaje de materias primas, los contenedores y las grúas que conectados, intercambiando información en tiempo real -una de las principales bondades del IoT, gestionarán los primeros pasos del proceso industrial. Pero adicionalmente las máquinas serán más eficientes ya que gracias a su interactuación permanente, podrán además de ser controladas desde de la red, ahorrarán importantes cantidades de energía gracias a la precisión de su funcionamiento al calcular picos en la producción o determinando menores gastos en momentos de baja intensidad.

Transporte. Además de ello, esta tecnología podría impactar los procesos logísticos y de transporte, programación de vehículos de reparto que tendrán rutas más eficientes gracias a la gran cantidad de información disponible para sincronizar cada componente del sistema que mejor aún, estará aprendiendo cada vez más sobre cómo hacerse más eficiente.

Ahora, cualquiera sea el producto o servicio que se ofrezca llegará a los hogares con toda la innovación disponible y el Big Data, esa gran cantidad de información de la que podemos extraer nuevos datos más valiosos, transformará la vida en los hogares y aportará no solo en términos bienestar sino de posibilidades de tener ciudades más sostenibles.

Es decir, no serán sólo las opciones "normales" como tener una heladera conectada con el móvil y éste a su vez con el supermercado las que integren una solución más eficiente e inteligente para la compra de alimentos que nos cambien la vida; sino que se podrá soñar con construcciones, casas y edificios, mucho más inteligentes en el consumo de energía por ejemplo. Ya los ascensores están llegando a tendencias de ahorro de entre 30 y 50%, por ejemplo.

El camión recolector de la basura, será más eficiente gracias a que sabrá con anticipación en qué contenedores detenerse porque hay residuos y en cuáles no, por no haber generado aún suficientes residuos.

Salud. Por otro lado, los sistemas de telemedicina sabrán cuándo enviar un doctor a nuestro domicilio gracias al monitoreo permanente que harán los dispositivos móviles de nuestra salud, donde no sólo evaluarán nuestros hábitos, sino que estarán aportando de esta forma para la construcción de ciudades más sostenibles reduciendo los costos por paciente mientras se acumula y procesa toda esta información para la futura formulación de políticas públicas de salud con el objetivo de optimizar la prevención de enfermedades. 

Muchos otros impactos del IoT pueden y de hecho se están empezando a vislumbrar en las ciudades dentro de áreas como la movilidad, la educación o los servicios públicos.

Lo que podremos esperar entonces como habitantes de ciudades así es la búsqueda de la sostenibilidad mediante una baja contaminación, mayor eficiencia y que la digitalización se disponga al servicio de las personas para hacer que nuestra vida sea mejor.