Caída del consumo de carne vacuna: ¿Simple coyuntura o cambios en las tendencias de consumo?

Análisis del mercado ganadero Rosgan y la consultora Big River

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El consumo de carne vacuna en el país se encuentra en franca caída. En ese marco, el mercado ganadero Rosgan y la consultora Big River realizaron un análisis de la situación donde observan que "la evolución del consumo total de carnes en los últimos 20 años, -a excepción de los años afectados por la crisis de 2001/02- el número no ha variado sustancialmente sino que ha estado fluctuando dentro del rango de los 100 a 115kg por habitante por año, con cambios en su integración".

En lo que va del año, el consumo aparente de carne vacuna se ha contraído cerca de un 12% respecto de igual período de 2018, pasando de 58,7kg a 51,8kg per cápita. Sin embargo, el consumo de los otros dos sustitutos -cerdo y pollo- prácticamente no ha sufrido alteración. Comparándolo con la crisis del 2001/2003, desde Big River y Rosgan analizan que en aquel período -con la caída real de salario- se habían "restringido fuertemente los tres tipos de carne". 

"Si se compara el consumo de 2009 con el presente, el consumo total de carnes es exactamente el mismo, 110kg por habitante por año", señalan y agregan: "Sucede que de ese entonces a la fecha se dio una transferencia de casi 17kg de la carne vacuna hacia el pollo y el cerdo, que sumaron 10kg y 7kg a su consumo per cápita, respectivamente".

En la actualidad, el consumo de estas dos carnes (pollo y cerdo) combinadas (58kg) supera en 7kg el consumo de carne vacuna (52kg).

Desde Rosgan y Big River señalan que Argentina siempre fue un gran consumidor de carne vacuna, por lo cual "el cambio de tendencia, pone en alerta al sector". "Sin embargo, analizando la integración del consumo en otros países, se observa una situación más equilibrada dentro de las principales carnes rojas", destacaron.

Como ejemplo mencionan, entre otros, a Australia y Nueva Zelanda que "siendo importantes productores de carne vacuna, cerca de la mitad de su consumo está integrado mayoritariamente por pollo y el resto se distribuye entre carne de vacuno, porcino y una importante proporción de ovino". 

Por lo tanto, desde Big River y Rosgan analizan que, además de la coyuntura económica, "existen otras que están influyendo cada vez con mayor fuerza sobre el consumo de carnes rojas en general, representan cambios en las tendencias de consumo que trascienden el ámbito nacional".

Entre otros cambios globales destacan "el caso del auge de vegetarianos y veganos, de los desarrollos en materia de carne artificial, de las tendencias impuestas por las nuevas generaciones de consumidores, por los movimientos ambientalistas e incluso por un cambio en la dieta del propio consumidor tradicional de carnes".

En el ámbito local, de acuerdo a una encuesta realizada hace pocos meses por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) sobre una base de 1000 consumidores consultados de manera online, se determinó que solo 4 de cada 10 argentinos son “fanáticos” de la carne vacuna, es decir, que están satisfechos con el producto, se quedan con él y lo recomiendan a otras personas para su consumo.

"El mercado pone cada vez más foco es cuestiones de sustentabilidad, buenas prácticas, salud alimentaria y bienestar en general, que resulta imperioso atender", resaltaron. 

"Es un consumidor informado, con un fuerte concepto de responsabilidad social y alta capacidad de discernimiento, que lo desata cada vez más de un consumo por simple tradición", finalizaron. 

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